Aunque ahora parezca increíble, hubo un tiempo en que no existía ni el cine ni la televisión. La mayoría de la gente no conocía más realidad que la de la tierra que le vio nacer. Pero existían los libros y, con ellos, los escritores eran capaces de transportar a sus lectores a países muy lejanos, hacerles visualizar los inventos más rocambolescos, oír batallas cruentas, saborear platos exóticos u oler los perfumes de las damas de alta sociedad. Ellos conocían el poder de la palabra y no dudaban en desplegarlo durante páginas y páginas.
En tiempos de WhatsApp y Twitter, parece que un puñado de caracteres basta para comunicar eficientemente. Incluso muchas letras (¡pobres de ellas!) sean sacrificadas por el camino. Sin embargo, la literatura sigue siendo un oasis en el que refugiarnos de tanta brevedad. Es verdad que ya no necesitamos de tantas palabras para imaginar lo que nos narran; a fin de cuentas, una imagen vale más de mil palabras, y hemos visto millones de imágenes de todo tipo. Pero, aun así, las grandes historias necesitan de las palabras para ser contadas, de una lectura pausada para ser sentidas, de muchas páginas para crecer y hacerse un hueco dentro de nuestros corazones lectores. Hoy voy a hablaros de esas, las GRANDES NOVELAS. Y digo grandes literalmente, no solo porque sean historias inolvidables, sino porque son libros de 1000 páginas… ¡o más!
10 libros de 1000 páginas
Aquí tenéis una selección de 10 novelas que causan respeto a cualquier lector: por su fama, por su nivel literario… o por el peso que habrá que cargar si hay que llevárselas de paseo.
Como suele ser habitual en mí, he revisado mis estanterías (físicas y digitales) para escogerlas. Por el momento, he leído Tormenta de espadas, de George R. R. Martin, Los pilares de la tierra, de Ken Follet, It, de Stephen King y Los Miserables, de Víctor Hugo, en formato papel (y de bolsillo, para aligerar la carga, exceptuando el primero); mientras que David Copperfield, de Charles Dickens, Los tres mosqueteros, de Dumas y Anna Karenina, de Tolstói, los he leído en formato digital (lo que se pierde en magia se gana en comodidad y, en estos libros en concreto, es de agradecer).
El resto, Yo confieso, de Jaume Cabré, y Guerra y Paz, de Tolstói, son dos novelas a las que les tengo muchas ganas, pero su extensión me hace aplazar su lectura más de lo que quisiera. Caso aparte es Don Quijote de la Mancha, de Cervantes; me prestaron una edición preciosa, pero pesa tanto que agota leerla incluso tumbada en la cama. ¿Algún día me atreveré? Eso espero…
Al componer la imagen de arriba, me ha sorprendido la extensión de algunas. ¿Guerra y Paz es más corta que Anna Karenina? Pues eso parece, al menos en mis versiones de libro digital. No sé si esa diferencia de páginas tan considerable se da en otras ediciones. También me ha llamado la atención que Don Quijote de la Mancha esté entre las más cortas, ¡con la fama de tocho que tiene!
Es cierto que una buena historia no siempre precisa de tan larga extensión. Pero, según mi punto de vista, esta selección recoge muy buenas novelas, de las que merece la pena leer hasta la milésima página.
Anímate a leer estos libros de 1000 páginas y recomiéndame tus tocho-novelas favoritas.
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