Escribir bien

Los errores de estilo más comunes de los escritores noveles

18/01/2018
errores de estilo más comunes

Llevo corregidas miles de páginas y a más de un centenar de autores. Me bastan unas pocas páginas para detectar los vicios de escritura de cada escritor; esos que, a veces, son marca de la casa y los hacen especiales, o esos otros que son malos usos del lenguaje que tienen interiorizados como buenos y a los que les cuesta mucho renunciar. Pero me he dado cuenta de que los errores de estilo más comunes de los escritores noveles y de todos los escritores en general (entre los que me incluyo) son básicamente dos y, a menudo, suponen el ochenta por ciento de mi trabajo en las correcciones de estilo.

Esos dos simples errores son los que llenan de tachones las páginas de sus manuscritos y por los que los pobres escritores se creen que les he cambiado la novela entera. Ya sabes, la segunda etapa del duelo del escritor del que te hablé hace un tiempo. Sin embargo, por muy escandalosas que sean esas correcciones a simple vista, en realidad, son retoques mínimos. De eso se dan cuenta los autores en la etapa final de la corrección, y sonríen aliviados al ver que tampoco era para tanto.

Los errores de estilo más comunes

Repeticiones

Cuando te pones a escribir, de repente, coges ritmo y las frases se encadenan entre sí con facilidad. ¡Qué inspirado te sientes! Ese momento es genial y hay que aprovecharlo, sin pensar en nada más. Ya llegará luego la etapa de revisión… Entonces entenderás la razón por la que las palabras acudían a tu mente como si las musas las estuvieran recitando a tu oído: estabas utilizando las mismas palabras una y otra vez. Cada párrafo que has escrito rebosa de los mismos verbos, sustantivos y adjetivos, como si tuvieras el limitado vocabulario de un niño de cinco años. Eso es así. Nos pasa a todos. El primer borrador de cualquier texto está plagado de repeticiones, por eso es tan importante la corrección de estilo.

Un truco para localizarlas, si trabajas en Word o un procesador de textos similar, es usar la pestaña de «Buscar» del siguiente modo:

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Cómo localizar las repeticiones en Word.

¿Cómo evitar las repeticiones?

• Eliminar la palabra repetida si dentro del contexto ya se sobreentiende.
• Sustituirla por un sinónimo.

Pero, ¡ojo!, no caigas en otro de los errores de estilo más comunes de los escritores noveles: tirar de diccionario de sinónimos, creyendo que así hacen alarde de un vocabulario más rico que el mismísimo Cervantes. Ni se te ocurra utilizar palabras que no has escuchado en tu vida y que no sabrías definir. Aunque el botón derecho de tu ratón te indique que es un sinónimo del verbo que ya has empleado veinte veces, puede que tenga un matiz que desconozcas y que acabes diciendo justo lo contrario de lo que pretendías.

No siempre las repeticiones son malas. Reiterar una palabra puede servir para dar énfasis a una idea o, incluso, para mostrar el discurso obsesivo de un personaje. Y la concatenación (repetición de palabras encadenadas), por ejemplo, dota de mayor continuidad al pensamiento o a las acciones, como se ve en este extracto de El Quijote:

«… el gato al rato, el rato a la cuerda, la cuerda al palo, daba el arriero a Sancho, Sancho a la moza, la moza a él, el ventero a la moza…».

Hay casos concretos, como el uso del verbo decir en los diálogos, en los que es preferible la repetición que hacer un despliegue de sinónimos. El «dijo» pasa desapercibido, no molesta, mientras que un verbo como «arguyó» saca al lector completamente de la historia.

En cualquier caso, recurre a las repeticiones cuando de verdad aporten más expresividad a tu texto, pero no las dejes ahí simplemente porque no se te ocurre otra forma de decirlo. El oficio del escritor es, al fin y al cabo, el arte de encontrar la palabra exacta.

Rimas internas

La otra trampa que te tienden esos momentos de inspiración en los que escribes sin filtro son las rimas internas. Cuando crees que has sorteado las repeticiones, ¡zas!, ahí están esas molestas rimas. En poesía suenan muy bien, sí, pero en narrativa no. Siempre que hablo de rimas internas, menciono una frase de una novela que corregí, el caso más extremo que he visto hasta día de hoy:

Se miró perplejo en el reflejo del espejo.

Como ves, ese cúmulo de rimas internas entorpece la musicalidad del texto. Si no quieres que las rimas internas te delaten como escritor novel, debes acabar con ellas.

¿Cómo evitar las rimas internas?

• Eliminar una de las palabras que causa la rima, si no es necesaria para la comprensión del texto.
• Sustituir una de las palabras que causa la rima por un sinónimo de terminación distinta.

El peligro de la sustitución es que, a veces, la rima interna solo cambia de sitio. Por eso, nunca viene mal una segunda corrección de estilo, además de la corrección ortotipográfica en la fase final.

La importancia de la corrección de estilo

Corregir estos errores de estilo no es sencillo, sobre todo si se trata de textos propios. Como ya te conté en Diez consejos para corregir una novela, es necesario que te olvides de lo que has escrito. Solo cuando consigues leerlo con ojos nuevos, las repeticiones y rimas resuenan en tu cabeza y eres capaz de ubicarlas.

Acabar con ellas exige mucho esfuerzo, incluso es utópico creer que las eliminarás todas. Pero es un reto que todo escritor exigente debe proponerse. Y, trabajo de los correctores, ayudarlos a conseguirlo.

Y tú, ¿has detectado ya en qué repeticiones y rimas internas sueles caer?

¿Quieres leer Las semillas del rencor?

Escondido entre montañas, Pesinistra es un pueblo hostil incapaz de sacudirse los prejuicios. De Elisa dicen que lleva el demonio dentro por el color de su pelo. Ella no está dispuesta a tolerar su desprecio y se marcha a la gran ciudad. Pero allí no encuentra un futuro mejor y regresa al pueblo, donde solo le queda la mala vida que le vaticinaron.

Armada con el odio que han sembrado en ella, hará un juramento que sellará el destino de sus descendientes y de Pesinistra.

Adéntrate en esta saga familiar de realismo mágico en la que cinco mujeres buscan su lugar en el mundo.

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16 Comments

  • Responder David Orell 19/01/2018 at 9:57 am

    Esta es la parte que más disfruto de una novela, la de corregir y revisar los errores de todo tipo, es cuando más aprendes.
    Aunque creo que estarás de acuerdo conmigo con lo de revisar las novelas de otras personas para aprender 😛

    ¡Besazo!

    • Responder Esther Magar 19/01/2018 at 10:18 am

      Pues debes ser de los pocos que disfrutan de esa parte. Yo también lo hago, claro, si no, no me dedicaría a esto. Como bien dices, es el momento en el que más se aprende, tanto cuando se revisa la propia como las ajenas. El ojo crítico en el escritor es indispensable.
      Besos.

  • Responder Toni 19/01/2018 at 10:13 am

    Muy buenos consejos. La verdad que con el tema de las rimas a veces uno se deja llevar. Cuando se queda atrapado por ese estilo, uno piensa que está escribiendo una verdadera maravilla. Respecto a las repeticiones, no soy de los que luego busca el número de palabras utilizadas. De hecho, tiendo a acortar mucho. Pero es cierto que lo que sí hice en su día es buscar sinónimos molones. Luego se notaba mucho y quedaba horrible.

    Por cierto, me he quedado alucinado cuando al principio dices que llevas corregidas miles de páginas y a más de un centenar de autores. Fabuloso, de verdad. Yo también tengo el defecto o la virtud, no sé si de detectar los vicios de otros autores, pero sí de saber si lo que estoy leyendo me gustará o no solamente al leer el primer párrafo. Lo malo es que es algo que no sé aplicar conmigo.

    Me acabo de suscribir a tus newsletter, lo que tenía que haber hecho ya hace tiempo.

    ¡Un abrazo!

    • Responder Esther Magar 19/01/2018 at 10:25 am

      Hola, Toni:
      Toda la razón en eso de que, al principio, escribir con rimas nos parece el súmmun de la literatura. Yo creo que es por los malos vicios que adquirimos en las redacciones del colegio. Y sí, buscar sinónimos es peligroso y hay que hacerlo con mucho cuidado para no caer en nuevos errores.
      En cuanto a que llevo miles de páginas y cientos de autores, sé que parece una exageración, pero si me pongo a echar cuentas, así es. También es cierto que a muchos les he revisado textos cortos, no novelas enteras.
      ¡Gracias por suscribirte!
      Un abrazo.

  • Responder elena 30/11/2018 at 4:06 pm

    ¡Hola!
    Me parece una entrada muy interesante para todos aquellos escritores que empiecen por este mundo tan mágico y llenas de cosas bonitas. Gracias por la entrada. Nos leemos!

    • Responder Esther Magar 03/12/2018 at 2:18 pm

      ¡Muchas gracias, Elena!

  • Responder Juan 13/01/2019 at 10:45 am

    Lo de las rimas internas jamás lo había pensado hasta que te leí. He descubierto unas cuantas desde entonces XD

    • Responder Esther Magar 15/01/2019 at 10:01 am

      ¡Me alegro! 🙂

  • Responder Marcel Proust 07/03/2020 at 10:05 pm

    Jaja me morí de risa con la parte de las rimas. ”Se miró perplejo en el reflejo del espejo”. Me di cuenta que yo también estaba utilizando ese recurso para darle musicalidad al texto.

    • Responder Esther Magar 08/03/2020 at 8:36 am

      Pues habrá que revisarla. 😉

  • Responder ARGENIS PIPO RANGEL 08/12/2020 at 11:46 pm

    Pues debes ser de los pocos que disfrutan de esa parte. Yo también lo hago, claro, si no, no me dedicaría a esto
    Pues debes ser de los pocos que disfrutan de esa parte. Yo también lo hago; Es pAra evitar lo cacofónico del SI NO, NO.

    • Responder Esther Magar 17/12/2020 at 5:13 pm

      Buen apunte. Gracias.

  • Responder Rodri 10/08/2021 at 7:36 pm

    Ya que Argenis Pipo Rangel te ha sugerido una corrección, me gustaría apuntar algunas cosas sobre la misma:
    1. Es cierto que “si no no” resulta algo cacofónico, pero no es excesivamente grave, pues “si no” es un enlace que antecede siempre a una condición; por su estructura de negación, lo más adecuado sintácticamente es que la condición sea afirmativa, pero, dado que las condiciones también pueden ser negativas, es lícito emplear también con éstas tal enlace, dado el carácter universal del mismo, pues es el más utilizado para introducir una condición.
    Hubiera quedado sonoramente mejor usar en su lugar “de lo contrario”, por ejemplo, pero tampoco pasa gran cosa por lo contrario, valga la redundancia chorra.
    2. En cambio, lo que sí es preciso evitar es la coma después del “si no”, pues éste nunca puede ir separado de la condición que abre; y como, por otro lado, el “si no” siempre ha de ir precedido a su vez de una coma —pues siempre ha de haber tal separación entre la proposición principal y la condicional—, visualmente rechina el “si no” emparedado entre comas.
    3. No obstante, en su corrección Argenis no ha reparado en el principal fallo, pues él también lo replica; a saber, que no es “debes ser”, sino “debes de ser”. Es éste un error en el que es muy fácil incurrir, pues oralmente no solemos hacer el distingo de la preposición intercalada; hay que recordar, sin embargo, que “debes ser” indica obligación, en tanto que “debes de ser” expresa probabilidad, que es lo que concurre en el presente texto.
    4. Por último, cuestión más insidiosa es la siguiente:
    Normalmente, un “claro” cierra una oración, el mensaje de una oración: establece una cesura clara con la siguiente oración. Por ello, conviene poner detrás de él un signo ortográfico más intenso que una coma, pero sin llegar, no obstante, en la mayoría de los casos, al punto, siendo entonces lo idóneo el punto y coma.
    Curiosamente, por una de esas realidades difíciles de aprehender y definir en cualquier lengua, mientras que el posible sustituto “de lo contrario” del “si no” resulta asimismo chirriante entre comas, no lo es entre punto y coma y coma (sino que, antes bien, es lo debido), a diferencia del “si no”, que sigue siendo improcedente de tal guisa. Fundamentalmente, esto tiene que ver con la extensión del enlace cercado de signos ortográficos: si es muy breve, no existe buen maridaje con ese cerco.
    Desde luego, en ningún caso es correcto poner mayúscula tras un punto y coma, como ha hecho Argenis.

    Tienes una gran web. Muchos éxitos en tu carrera literaria (en algo, además, tan maravilloso como el realismo mágico; y, precisamente, eso de maravilloso podría dar pie a una disquisición acerca de la identidad o no de lo real maravilloso con el realismo mágico…).

    Un saludo cordial.

    • Responder Esther Magar 01/09/2021 at 9:15 am

      Muchas gracias por tus explicaciones, Rodri.

      Saludos.

  • Responder Rodri 10/08/2021 at 8:32 pm

    Al releer el comentario después de darle a Publicar, lo de «Muchos éxitos» me ha resultado excesivamente convencional, y, quizá también, un tanto superficialmente material.
    Por ello, me gustaría matizar que el mayor éxito, en esto de escribir, es ser feliz con el acto en sí mismo, al margen de cualesquiera otras consideraciones. Y no es asunto baladí, pues la felicidad que es dable alcanzar en la escritura es de las más conspicuas que puede experimentar un ser humano; como dijo un grande, «quien lo probó, lo sabe».

    • Responder Esther Magar 01/09/2021 at 9:16 am

      Totalmente de acuerdo. 🙂

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