Relatos

II Maratón de Microrrelatos de Massalfassar: escribir a contrarreloj

19/02/2017
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Yo pensaba que escribía rápido, de verdad que sí. Cuando me surge una frase o idea, escribo del tirón. Pero no es lo mismo que te venga la inspiración a que te la impongan. De eso me di cuenta ayer, participando en el II Maratón de Microrrelatos de Massalfassar, promovido por Valencia Escribe.

Mi experiencia en el II Maratón de Microrrelatos de Massalfassar: un reto a contrarreloj

Llegué la primera, pagué los 2 euros de la ronda inicial y me adjudicaron el número 1, con el que tendría que identificar mis relatos. ¿Sería una señal? Entré en la sala, junto a 37 personas más, y esperamos a que comenzara el reto contrarreloj.

Primera ronda

Escribir un relato de entre 75 y 150 palabras en 30 minutos, que comenzara por la frase (que no entraba en el cómputo): «Elegí un mal día para dejar de fumar».

Pensé: ¿en qué situación podría necesitar a toda costa un cigarro? La mítica escena de Aterriza como puedas aparecía cada dos por tres en mi mente. La eché a un lado y me puse a escribir y tachar, a escribir y tachar. De pronto, nos advirtieron que quedaban 5 minutos.

¿Cómo? El tiempo había pasado volando. Pero bueno, 5 minutos son más que suficientes para pasar a limpio menos de 100 palabras, ¿no? Pues no. Soy extremadamente lenta escribiendo a mano. Cuando el presentador dijo «tiempo», aún estaba pasando la última frase. Este fue el resultado:

Destino

Elegí un mal día para dejar de fumar. Es mi sino: siempre tomo las decisiones importantes en el momento más inoportuno. Esta mañana, asfixiado durante el ascenso a la montaña, tiré el paquete sin estrenar al vacío, mechero incluido. Enseguida presentí que no podría vivir sin ellos y horas después ya no me cabe ninguna duda. Totalmente perdido, la fría noche cae sobre mí. No tengo con qué encender una hoguera para calentarme, con qué indicar mi ubicación. Mi médico siempre me dijo que moriría por culpa del tabaco. Desgraciadamente, va a tener razón.

Salimos para que el jurado deliberara. Yo no las tenía todas conmigo, pero logré sobrevivir a esa primera criba. 25 valientes pasamos a la siguiente fase, previo pago de 3 euros.

Segunda ronda

Escribir un relato de entre 75 y 150 palabras en 30 minutos, que finalizara con la frase (que no entraba en el cómputo): «Acabé en la cama con tres desconocidos».

¿Cuál es el primer pensamiento ante semejante frase? Alcohol y sexo, claro. Así que quise alejarme de eso todo lo que fuera posible. Imaginé pronto la escena y escribí. Cambié varias veces el orden, metí frases a última hora y el resultado fue algo así:

Justicia

Era la única forma de saldar mi deuda de sangre y que fuéramos libres. «Seremos benevolentes contigo —me dijeron—, el azar decidirá cuál es tu merecido». Me taparon los ojos y me dieron la pistola. Mis manos temblorosas apuntaron sabiendo que ante mí estaban mis tres hijos, entre ese grupo de extraños. Disparé cinco balas. Mis oídos, también tapados, no me permitieron saber si el instinto maternal había jugado a mi favor. Solo una bala más, pero no me sentía capaz de comprobar si había acertado.  Apunté hacia mí. La muerte, implacable, me dio unos segundos para ver que mi antifaz se caía y que acabé en la cama con tres desconocidos.

Lo sé, lo sé: un desastre. Y la frase final metida con calzador. Obviamente, fui eliminada. ¿Ves como lo del número 1 era una premonición? ¡Era el número de rondas que lograría pasar! El relato y la puñetera frase estuvieron dando vueltas en mi cabeza el resto del día. Tanto es así que, esta mañana, lo primero que he hecho al despertarme ha sido escribirlo de nuevo. En veinte minutos y antes del café. Esto es lo que quise escribir ayer:

Mi merecido

Me dijeron que el azar decidiría si pagaba mi deuda de sangre con la mía. En aquella habitación sucia, me taparon los ojos y pusieron la pistola cargada en mis manos. Frente a mí, mis tres hijos entre una panda de extraños. Disparé tres balas con manos temblorosas. Mis oídos, también tapados, no me permitieron saber si el instinto maternal se había puesto de mi parte. Incapaz de descubrirlo, dirigí una última bala hacia mí. Recogieron mi cuerpo agonizante para trasladarlo junto al resto de víctimas de ese juego macabro. Mi maldita suerte hizo que mi antifaz cayera justo a tiempo para comprobar que acabé en la cama con tres desconocidos.

No sé si con esa versión hubiera pasado de fase, pero al menos no me hubiera ido con la espinita clavada. Refleja con más claridad la imagen que tenía en mi cabeza.

Tercera ronda

Unas 12 personas pasaron a la siguiente ronda, apostando por sí mismos con 4 euros más. Consistió en escribir un relato de entre 75 y 150 palabras en 30 minutos, en el que aparecieran las palabras «boxeador» y «telegrama». Mientras el jurado deliberaba quiénes pasaban a la final, algunos compañeros me leyeron sus relatos. Me sorprendió su capacidad de estructurar y dejarlos redondos en tan poco tiempo. No tuve duda de cuál de ellos pasaría a la final, aunque los tres estaban a la altura.

Ronda final

Y llegó el momento decisivo. La pauta de la ronda final volvía a ser una frase de inicio:«El tren se retrasa». Esta vez, la extensión oscilaría entre 50 y 75 palabras.

¡Qué complicado lo debió tener el jurado! Tan solo unos minutos para decidir el oro, la plata y el bronce, llevados por la primera impresión. No había tiempo para nada más.

Los seis finalistas leyeron ante el público sus relatos y se anunció a los ganadores. Los seis se llevaron un diploma y un libro. El tercero, además, el 10 % de lo recaudado entre los participantes; el segundo, el 30 % y el primero, el 60 %.

Mis dos favoritos quedaron en quinto y sexto lugar. ¡Ay, qué subjetivo es el arte! Pero, sin duda, los seis habían hecho méritos de sobra para llegar a ese momento.

Espero que el Maratón de Microrrelatos de Massalfassar tenga muchas ediciones más y poder participar en ellas. Tendré que entrenarme duro para aguantar mejor la presión del tiempo y para escribir a mano más rápido. Ha sido una experiencia genial que estoy deseando repetir.

Está claro que no tengo ni idea de cómo escribir un microrrelato en 30 minutos, al menos uno que merezca la pena.

¿Qué es lo que peor llevarías: el tiempo o la pauta impuesta?

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6 Comments

  • Responder hlemuss 19/02/2017 at 12:38 pm

    Vaya. Creo que fue duro. Supongo que a veces sobrestimamos nuestra capacidad en ciertas areas. Yo creo que no escribo mal pero necesito mi tiempo. Creo que sería incapaz de escribir un microrrelato “decente” en poco tiempo. Te felicito por pasar a la segunda ronda. Claro está que la presión y los nervios no juegan a favor. Eso es como los programas de concursos que ves por televisión en el que contestas todo y luego si vas allá seguramente te equivocas en la pregunta mas sencilla. Y es verdad, el arte es muy subjetivo. Es como las evaluaciones que me hacían en el colegio del análisis de un texto.Saludos.

    • Responder Relatos Magar 20/02/2017 at 8:20 am

      Sí, fue duro, pero muy emocionante. Mi reto para el año que viene será superar al menos dos rondas. Poco a poco.

      Gracias por tu comentario.

      Saludos.

  • Responder Lu Hoyos 19/02/2017 at 7:17 pm

    El segundo reto fue difícil. A la gente le costaba encajar el final. Yo como me dijeron que tenía que estar callada me puse a escribir también:

    Esa manía mía de deambular sola por las calles, de meterme en garitos bohemios donde apagar la sed, y evadirme del mundo con el sonido penetrante de alguna pieza de jazz. Esa manía acabaría, algún día, por darme un disgusto. Es lo primero que pensé cuando desperté aquella mañana. Aunque quizá no había sido tan malo después de todo. Lo único es que no conseguía recordar cómo fue que acabé en la cama con tres desconocidos.

    No le puse título.

    • Responder Relatos Magar 20/02/2017 at 8:23 am

      Sí, creo que fue el reto más complicado del día, me hubiera encantado leer como la encajaron los demás.
      Gracias por esta iniciativa literaria tan divertida y por compartir tu relato, Lu.

      Saludos.

  • Responder Cris Mandarica 20/02/2017 at 5:21 pm

    Creo que eres perfectamente capaz de escribir un buen microrrelato en treinta minutos, otra cosa es que al ser la primera vez, los nervios y el cansancio te hayan pasado factura. Segura que en la próxima lo harás mucho mejor, yo también espero que haya otra, porque pinta muy interesante. Ojalá se hicieran cosas así por aquí. Biquiños!

    • Responder Relatos Magar 20/02/2017 at 8:00 pm

      Los textos que me leyeron algunos compañeros eran muy bueno en todos los sentidos. A mí me cuesta más de tiempo pulirlos así. Pero volveré a presentarme, seguro. Es muy divertido. A ti se te daría genial, a ver si surgen más iniciativas así.
      Besos.

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