Historias para no dormir
Mi madre me contaba que, en mitad de la noche, se levantaba a escondidas con sus hermanos pequeños para ver Historias para no dormir, un programa de TVE que adaptaba obras de misterio y terror de escritores como Edgar Allan Poe. Se emitió entre los años 1966 y 1982. Si llega a durar unos años más, tal vez hubiera sido yo la que me hubiese escabullido para verlo. O no, porque yo, de muy pequeña, era bastante miedosa. Luego ya, a los ocho o nueve años, me aficioné a los cuentos de terror, y desde entonces, tengo un gusto especial por este género. En cambio, mi madre, desde que se hizo adulta, no quiere saber nada de las historias de miedo. Ahora, las odia.
El poder del miedo
El miedo es una emoción tan intrínseca e intensa que provoca reacciones extremas. Por un lado, están los que devoran las historias de miedo en cualquier formato. Tal vez buscan desentrañar sus propios temores o, simplemente, disfrutan con ese escalofrío que recorre su columna vertebral. Sin embargo, no siempre consiguen que les provoquen miedo, por eso siguen viendo películas y leyendo libros en busca de ese nuevo chute de oxitocina. Mientras tanto, otros huyen de este género como si fueran ellos mismos los protagonistas de las historias y se jugaran la vida de verdad.
Pero, quien más y quien menos, todos ponemos la oreja cuando alguien cuenta una historia inquietante. Incluso los más cobardicas, a sabiendas de que acabarán teniendo pesadillas. Ese es el poder del miedo: su irracional atractivo.
Llega #TuitTerror4
Durante octubre, la antesala de Halloween, me encanta que me cuenten historias para no dormir. El concurso #TuitTerror ya es una tradición en Relatos Magar. El año pasado, por primera vez, hubo premio, y este año no podía ser menos. Pero vayamos por partes.
Quizá hayas visto este osito últimamente por las redes sociales. Eso es porque los suscriptores de Relatos Magar tienen su propio reto dentro de #TuitTerror4.
El reto de escribir microrrelatos
El reto es crear un microrrelato de apenas una línea en el que se condense una historia que desasosiegue o aterrorice al lector. Conseguirlo en tan pocos caracteres es un arte especialmente difícil de dominar, pero los microrrelatos que se presentan al reto #TuitTerror siempre me sorprenden.
Anímate este año a participar en #TuitTerror4 y celebremos Halloween con decenas de historias para no dormir.
¿Serás tú el ganador de #TuitTerror4?
Actualización 2 de noviembre: Ganadores del reto #TuitTerror4
En primer lugar, voy a anunciar el ganador del reto del suscriptor. A principios del mes de octubre, les propuse a mis suscriptores que dieran a conocer el concurso #TuitTerror4. Para ello, tenían que difundir por sus redes sociales este simpático osete —con el que todos querríamos dormir abrazados, ¿eh?— para animar a la gente a participar en mi reto literario de Halloween. Quien más interacciones recibiera, sería el ganador del reto del suscriptor.
Y la suscriptora ganadora ha sido ¡Cris Mandarica! Así que ya sabes, Cris, dentro de poco llegará a tu casa un ejemplar de Fugitivos y alguna sorpresita más por ser la suscriptora más fiel de Relatos Magar.
En segundo lugar, quiero agradecer la colaboración a las 46 personas que dedicasteis un momento a leer y votar uno de los 23 microrrelatos presentados. Y, por supuesto, a los escritores que participasteis. Sin todos vosotros, este concurso no tendría sentido.
Como no todos han sido votados, pero todos ellos merecen ser leídos, voy a poner cada uno de ellos aquí: desde los que han recibido cero votos hasta el ganador.
MICRORRELATOS NO VOTADOS
El cadáver seguía en la silla. El dedo índice, rígido y frágil, aún apuntaba a la tecla de borrado.
Se oye un chirrido. Se abre una puerta. Una sombra oscura penetra. Se dirige a mi cuarto. Grito. La sombra alza un cuchillo…
Dejó de masticar. No era caníbal por necesidad, lo era por placer, pensó. Hecha esta reflexión, siguió comiéndose a su hijo.
Podía sentir como los escarabajos anidaban dentro de mi cuerpo. Encadenado al muro no podía evitar que me devoraran por dentro.
Trabajó en una morgue hasta que uno de sus cadáveres decidió gastarle un susto de muerte. Era un humorista zombie.
Para hacerse “el santo” consintió en el sacrificio de varios chivos. Ahora es perseguido por el Macho Cabrio en compensación.
La bala penetró en su frente; fue indoloro, el líquido caliente bajando por su espalda. Despertó, pero no era una pesadilla.
Van Helsing despertó aturdido en la cama. No recordaba lo ocurrido anoche. Fue a mirarse al espejo, pero no se encontró.
Abrió los ojos, solo obscuridad. Sus manos golpeaban, empujaban y nada cedió. Nadie respondió a sus gritos, solo hubo silencio.
Ronda en la morgue. Todo en orden. Hasta que uno se incorporó de repente. Sólo un espasmo, pero no pude evitar mirar sus cuencas vacías.
Tras mis zapatos de tacón escuché un petardo, malditos niños. Miré atrás. Caía, de mi gabardina, sangre; de su sombrero, una sonrisa.
CLASIFICACIÓN DE LOS MICRORRELATOS VOTADOS EN #TUITTERROR4
Empecemos por el final. Con el 2,5 % de los votos, hay empate entre seis microrrelatos:
Entonces entendí. Dejé de gritar. No habían entrado a robar. Ellos no. Solo eran enfermeros. Estaban reanimando mi cadáver.
—Niña, ¿no te da miedo andar sola a estas horas?
—Cuando estaba viva, sí.
Morir fueron cuatro líneas en una esquela. El regreso ocupó periódicos, teñidos de sangre mientras los muertos acallaban mentiras.
Desperté inquieto. La luz entraba por las rendijas de la persiana. Me senté en la cama, giré el cuello… y descubrí mi cadáver.
Pero ya era tarde. Había muerto.
—Me voy a despertar —susurraba el niño para sí mismo, una y otra vez, mientras el monstruo lo arrastraba debajo de la cama.
Si escalamos en la clasificación, con el 5 % de los votos hallamos a:
Cada noche se dormía escuchando la respiración pausada y tranquila de su bebé. Deseaba acunarlo, pero murió un mes atrás.
Un poco más arriba, hay un doble empate con el 7,5 % de los votos:
Nunca se acostumbraría a comer esa carne, recordaba con añoranza los solomillos que disfrutaba cuando aún estaba vivo.
Sus padres le preguntaron si había notado algo extraño en su muñeca. La niña dijo que no. Prometió no delatarla.
PODIO DE #TUITERROR4
Y, por fin, los tres primeros puestos.
Con el 12,5 % de los votos, la medalla de bronce es para:
Y cada vez que su papá se convertía en el monstruo, la niña abrazaba bien fuerte a su muñeca, para que no se asustase.
Con el 22,5 % de los votos, logra la medalla de plata:
—He tenido una pesadilla, soñé que me asesinabas.
—Se llama sueño premonitorio —respondió con el cuchillo en alto.
Y con el 30 % de los votos, recibe la medalla de oro y se proclama ganador del #Tuiterror4:
Despertó y encontró su habitación al revés. Al levantarse notó algo extraño en el espejo. Era él, sonriendo desde el otro lado.
¡¡Enhorabuena, Xavier!!
Doy por concluido #TuitTerror4. Espero que lo lo hayáis disfrutado tanto como yo.
¡Hasta el Halloween que viene!
4 Comments
Estoy a tope con ello, y deseando leer el resto, porque es cierto que siempre salen cosas interesantísimas. Biquiños!
¡Gracias, Cris! No sé qué haría sin ti.
Besos.
Me ha costado muchísimo escoger sólo uno, pero ya me he decidido. Biquiños!
¡Gracias por votar!
Responsable: Esther Mateos • Finalidad: gestionar los comentarios • Legitimación: tu consentimiento • Destinatarios: los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de Webempresa (proveedor de hosting de relatosmagar.com) fuera de la UE. Ver política de privacidad de Webempresa • Derechos: podrás ejercer tus derechos de acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos, entre otros derechos • Información adicional: Aviso legal y política de privacidad