El 1 de julio, en la Galería Imprevisual, se hizo la entrega de premios. Aristides Rosell, organizador de Russafart 2016 y miembro del jurado, presentó el acto. En la mesa, Bárbara Blasco (escritora, profesora de escritura creativa, periodista y bloguera) y Vicente Marco (escritor y profesor de escritura creativa), también miembros del jurado, junto a Manuel Turegano, editor de Ediciones Contrabando y promotor del concurso literario, hablaron sobre el arte y el microrrelato. Sus intervenciones fueron tan interesantes e instructivas que las he resumido en estos 6 consejos para escribir un microrrelato.
Consejos para escribir un microrrelato
1. NO CONFUNDAS BREVE CON CORTO
«Es un género breve, no corto. Lo corto termina antes de tiempo; algo que queda corto es que realmente no nos ha satisfecho. Sin embargo, lo breve calla justo a tiempo. (…) Cuando leo un microrrelato, cuanto más largo sea el tiempo que me deja después pensando, reflexionando la historia, mejor es. (…) Se lee rápido, pero se digiere bastante lento. (…) No tiene la misma lectura que la novela», explicó Bárbara Blasco y, en la misma línea, dijo Vicente Marco: «No es lo que estás leyendo en ese momento, sino todo lo que sugiere y provoca después».
2. EVITA EL CHISTE FÁCIL
Para escribir un buen microrrelato es fundamental entender el género. Está bastante extendida la creencia de que los microrrelatos son simplemente unas cuantas frases ingeniosas que tienden al chiste. Por eso mismo, no se le da todo el valor que este género literario merece. Un buen microrrelato tiene que contar una historia, aunque de una forma muy particular, como veremos a continuación. Como dijo Bárbara Blasco, «tiene cosas de poesía, (…) tiene cosas de la narrativa y (…) del aforismo». Cada microrrelato tenderá más a una u otra forma de contar, pero siempre habrá una historia, no solo la descripción de una escena o una sensación; ese es el reto. Recuerda: que sea «micro» no quiere decir que deje de ser «relato».
3. JUEGA CON EL SIMBOLISMO
En unas pocas líneas hay que decir mucho, de ahí que cada palabra cuente. Barbara Blasco lo explicó así: «Cuando se escribe lo que se escribe, la palabra deja de tener un significado vulgar, el coloquial que suele tener, y adquiere ese significado simbólico. (…) Una mesa ya no es una mesa. Tiene un carácter simbólico. Esta cerveza que me estoy bebiendo tampoco es una cerveza, por si alguien no se había dado cuenta… (Risas) Pero dice muchas cosas. Si en un microrrelato la escritora se estaba bebiendo una cerveza, sería muy simbólico. (…) Todo adquiere un simbolismo en el micro y por eso el trabajo con el lenguaje es tan importante».
Vicente Marco añadió: «… algo que tú lo lees y te parece una cosa. Lo lees otra vez y te parece otra. Eso es lo que caracteriza al arte en general».
Y eso es lo que hace bueno a un microrrelato. Por eso, hay que jugar con el simbolismo de cada palabra, cada frase. Cuantas más lecturas tenga esa misma historia, mayor poso dejará en el lector.
4. LA ELIPSIS ES TU ALIADA
En el microrrelato no hay espacio para entrar en explicaciones. Por eso, se recomienda que la historia empiece en mitad de la acción y que sea labor del lector imaginar qué pasó antes. Vicente Marco aludió al maestro de la elipsis para hablar de los microrrelatos: «Siguiendo la metáfora del iceberg de Hemingway, lo que se ve es la pequeña puntita, pero todo lo grande está debajo». A lo que Bárbara Blasco añadió: «Lo que más me interesa del microrrelato es lo que no dice. La elipsis es el arte supremo de la literatura. Cada lector, a su manera, pondrá ese algo que el autor no ha puesto. Así, el lector está mucho más implicado. El juego que establece el autor es que yo, como lectora, tenga que completar, seguir ese relato en mi imaginación».
Juega a sugerir más que a contar, el lector activo estará encantado de entrar en el juego. Posiblemente, te sorprendan las interpretaciones que dé a tu texto.
5. NO LE DES UN FINAL CERRADO
«Todo microcuento empieza entre comillas y acaba en puntos suspensivos. No se puede cerrar con una certeza ni en el microrrelato ni, creo, en la vida. Hay que vivir en duda permanente». Esta frase de Bárbara Blasco me encantó e ilustra muy bien cómo el microrrelato debe quedar abierto de alguna manera. Lo interesante es que el lector le dé el final y la interpretación que quiera.
El objetivo es dejarle pensando, no dárselo todo mascado. En cuanto a eso de empezar entre comillas, Bárbara aludía al carácter simbólico del lenguaje (consejo 3).
6. DA LA CLAVE CON EL TÍTULO
Entre tanta elipsis, simbolismos y puntos suspensivos, el título cumple un papel fundamental dentro del microrrelato. Quizá dé una pista inicial o desubique totalmente. Pero al acabar la historia y volver a él, adquiere un nuevo significado. Se convierte en la pieza que completa el rompecabezas. O incluso abre un nuevo mundo de posibilidades.
Quizá el título sea importante en relatos y novelas, pero en los microrrelatos es fundamental. Siempre debe aportar un matiz a la historia que se ha contado.
El difícil arte del microrrelato
Tras estas explicaciones, habréis comprobado que el arte del microrrelato no es tan simple como a muchos les parece. A cualquier escritor le supone un reto contar una historia con tal limitación de palabras, ahí reside el encanto. Yo llevo tiempo enfrentándome al Reto 5 líneas que Adella Brac plantea en su blog, Las palabras soñadas. Incluso me he propuesto crear 1001 #microcuentosdenoche, cuya extensión se reduce a los caracteres de un tuit.
Confieso que en muchos no sigo los consejos que acabo de citar, porque es bastante complicado, la verdad. Pero os aseguro que siempre los tengo en mente y me alegro cuando consigo contar una historia en tan pocas palabras, sea esta mejor o peor.
Entrega de premios del concurso El Arte del Microrrelato
Al parecer, de tanto practicar, logré escribir una historia que cautivó a los miembros del jurado y gané esta I Edición del concurso El Arte del Microrrelato con Sublevados. Fue para mí una inesperada alegría y escuchar las palabras que me dedicó el jurado, un auténtico honor.
«La novela sería un elefante, con la capacidad de arrastre de todos los sentimientos que provoca. Y el microrrelato es la hormiga, que puede arrastrar hasta treinta veces su peso. Había microcuentos que tenían ingenio y estaban muy bien. Pero, en mi opinión, solo había una hormiga: esa capacidad de sugerir, esa capacidad de reflexionar y esa dualidad que para mí tienen las grandes obras literarias, que es que son difíciles de clasificar en un género.
»Yo no sé si esto se puede leer como un relato de intriga, si tiene cierto humor, si tiene suspense y es una crítica social. (…) Hay un “yo” antes de la lectura y un “yo” después. (…) Y creo que esto lo cumplía el relato ganador».
Vicente Marco
«Hemos estado bastante de acuerdo, lo cual demuestra que hay algo objetivo en la literatura».
Bárbara Blasco
Tras la entrega de premios a los diez finalistas y a mí, varios de los cien escritores incluidos en el libro El arte del microrrelato leímos nuestros respectivos microrrelatos. No podía haber mejor colofón para un acto que reivindicaba el valor del arte y la literatura.
¡Ah! Si queréis comprar el libro, podéis hacerlo desde este enlace.
18 Comments
Te quiero compartir algo, como participaste que fuiste (y como merecida ganadora):
Yo sigo pensando que, para el microrrelato que mandé, seguí un proceso opuestisimo al que sigo siempre. Para mis cuentos cortos (500-1000) palabras sigo mucho de esas premisas (empezar a mitad de la acción, cortar en el momento cumbre de la historia sin darlo todo, etc). Pero en ese, recuerdo muy bien, me dije a mí mismo que me gustaría haber leído alguna vez un cuento, brevisimo, que reinvidicara el valor de ciertas cosas en la vida. Como una especie de postal hecha de letras con lo que desearía contuviera un mundo. Me di cuenta de que mi mundo real no tiene eso, que es una carencia, y entonces me propuse a ponerlo en un cuento. De ahí que mi microrrelato haya sido atípico justamente por volarse por la barda qué se supone que debe ser un microrrelato en sus formas. Y es precisamente por eso que me dio tanto gusto saber que sí fui incluido, porque sé que no es lo que se espera de un microcuento y sin embargo ya tiene hogar en un sitio más allá de mí.
De nuevo felicidades, Esther 😀
Un abrazo.
Obviamente, no todos los microrrelatos han de seguir estas pautas y puede haber un buen microrrelato (como es el tuyo) que las rompa todas. Al fin y al cabo, el arte es transmitir y, si eso se consigue, ya merece la pena.Con estos consejos quise hacer un acercamiento al microrrelato, ya que mucha gente todavía no entiende bien qué es, y reivindicar que es un género complejo pese a su brevedad.
Gracias por tu comentario, Daniel.
Un abrazo.
¡Muy buenos consejos!
Los micros siempre son un reto, pero son precisamente esos retos lo que nos incentiva a mejorar, así que, ¡bienvenidos sean! 🙂
Un beso.
Para mí, los micros son un entrenamiento ideal para encontrar la palabra perfecta en cada caso, la más expresiva.
Gracias por comentar, Adella.
Un beso.
Primero de todo felicitarte. Creo que esos consejos sirven para cualquier historia, ¿verdad? El microrrelato oí decir una vez que eran ideas para otras historias más largas, conceptos sin más. Desde luego no creo que sea así, porque es verdad que hay historias que no necesitan más para llegar al lector y estar llenas de significado. Como tu relato ganador, por ejemplo. A mí me preocupa más entender qué ocurre con un escritor especialista en microrrelatos, si tiene salida comercial, si (sin importar el destino) luego ese bagaje, toda esa experiencia y especialización en la síntesis, sirve para escribir historias de mayor recorrido. Me parece que escribir (y leer) poesía sí es un buen camino para depurar el estilo. Es algo que tengo pendiente, desde luego. Pero no lo sé en el caso del micro. Y se lo pregunto a alguien como tú que tiene una novela sobre una saga familiar que ha sido finalista en otro concurso… Lo digo porque he pasado mucho tiempo escribiendo relatos de no más de diez páginas que no me han servido para mucho; al contrario, me han perjudicado. En realidad, me imagino que todo depende del escritor que somos y la manera en que aprendemos y escribimos. Desde luego a mí me cuesta muchísimo escribir relatos tan cortos. Creo dominar, más o menos, el relato en sí, y me siento muy cómodo a partir de las 5000 palabras. Pero el micro me parece un reto complicado. Cada palabra es importante y a la vez el escritor debe sentir que lo pone todo ahí, aunque deje mucho para la interpretación. No sé… ¡Un abrazo!
Si ya los relatistas lo tienen mal comercialmente, los microrrelatistas ni te digo. Tienes que estar ya consagrado para publicar un libro de microrrelatos y que alguien lo lea.
A mí sí que me parece que escribir microrrelatos ayuda para escribir luego historias más largas. Como digo en el comentario anterior, ayuda a buscar la palabra perfecta, a adquirir más expresividad en el lenguaje que utilizamos, construir frases más evocadoras o visuales.
Yo soy de extremos: o escribo muy corto o muy largo. No me suelen salir relatos de más de 5 páginas porque aún no sé explotar mis propias ideas… No me considero buena relatista.
En definitiva, cada historia reclama su espacio, y es misión del escritor saber verlo y dárselo.
Gracias por tus reflexiones, Toni.
Un abrazo.
Enhorabuena de nuevo, Esther.
Me ha parecido muy interesante todo lo que cuentas. Es cierto que solemos pensar que escribir un microrrelato es algo sencillo, que en un rato podemos hacerlo, pero cuando te pones, si de verdad quieres escribir algo que valga la pena, te das cuenta de lo caras que son las palabras. Es realmente complicado condensar en unas pocas líneas una historia interesante. Me alegro de que tú te hayas apañado tan bien. 😉
Estaré atento a ese nuevo reto.
Un abrazo.
Escribir algo que valga la pena, sea breve o largo, nunca resulta fácil, como bien dices. Te espero en el siguiente reto. Ya sabes que tienes que revalidar título. 😉
Un abrazo.
Magnífico artículo y magníficos consejos. Me quedo con el primero, “no confundir breve con corto” y con el de la elipsis; ¡claves!
Un saludo, Esther 🙂
Gracias por la visita y el comentario, Elena. Mucha suerte en tu nuevo proyecto.
Saludos.
Cómo me hubiera gustado estar ahí y escuchar tu micro, ahora voy a tener que esperar a tener el libro. Los consejos son todos muy ciertos y, además, el que comentas sobre el título me parece esencial, pero es cierto que cuesta aplicarlos todos. Por cierto, muchas gracias por la mención 🙂 Biquiños!
En el enlace que he puesto en el título puedes ver el vídeo donde lo leo en voz alta.
Gracias a ti por el artículo que escribiste, que me encantó.
Nos leemos (vemos) pronto.
Besos.
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