En la escritura, como en la vida, todo son fases. Algunas, positivas, como cuando alguien se lee un relato tuyo y te dice que se ha emocionado, que lo haces genial, que, por favor, nunca dejes de escribir. Eso te impulsa a seguir adelante con más motivación que nunca, ¡escribir es maravilloso! Pero también hay momentos que te hunden en la miseria. Por ejemplo, el de corregir tu libro. Al recibir el texto lleno de tachones en rojo, duele tanto que te preguntas si merece la pena publicarlo. ¡Eres una estafa para los lectores! ¡Se van a reír de ti!
Así se sintió un escritor primerizo que pertenece al grupo de El Escritor Emprendedor, de Facebook. Afortunadamente, compartió su experiencia con el resto de miembros de esa comunidad. Eso le sirvió para darse cuenta de que lo suyo no era un caso aislado. Tanto la cantidad de correcciones que había recibido como sus sentimientos al enfrentarse a ellas eran los habituales tras una primera revisión.
Aproveché el hilo que había surgido a raíz de su estado para plantear que llevaba tiempo buscando escritores que me contaran cómo se tomaron su primera corrección. Varios se ofrecieron a contestar algunas preguntas sobre el tema. Entonces, la escritora Gabriella Campbell, la bloguera de cabecera de todos los que nos movemos en este mundillo, dijo que ella también estaba pensando en hablar sobre eso. Una cosa llevó a la otra y de esa conversación nació este crossover blogueril: Gabriella reflexiona en su blog sobre cómo superar la resaca de una primera corrección y yo entrevisto a trece escritores para que me cuenten cómo la vivieron ellos. O cómo se la imaginan si todavía no han llegado a ese momento. Aquí tienes sus testimonios.
CORREGIR TU LIBRO: EXPECTATIVAS DE DOS ESCRITORAS INÉDITAS
Publicaciones
Aún no he publicado, estoy esperando una valoración editorial en estos momentos. Lo único que sé que verá la luz en un futuro no demasiado lejano será un relato en una antología y saldrá en una editorial tradicional. De momento está siendo un poco agridulce la experiencia con el relato por retrasos injustificados, falta de comunicación en algunos puntos… Pero parece que poco a poco se va aclarando todo, por suerte.
Formación en escritura
Me interesaría hacer algún curso para mejorar en algunos aspectos como los diálogos o la construcción de la trama, por ejemplo, o alguno orientado a la poesía, mi campo predilecto. Seguramente sería online. Pero de momento no hice ninguno por cuestiones de horario de trabajo.
Corrección
Normalmente mis lectores beta son un par de buenas amigas que son traductoras y una amiga filóloga. Me suelen ayudar bastante a pillar esas cosas que se escapan y no consigues ver, por ejemplo, o a mejorar partes que quedan flojas.
Expectativas frente a la primera corrección profesional
El relato de la antología me lo ha corregido una de las coordinadoras, que no es profesional. En general, no fue mala experiencia. Me gustaría, eso sí, probar en el futuro con un corrector profesional si con eso consigo sacarle más jugo al texto y, por supuesto, mejorarlo todo lo posible. Me imagino que la corrección profesional será un proceso muy detallado: por un lado, la ortotipografía y por otro, el contenido. Puede que tras ese trabajo me sienta más segura de lo que tengo entre manos, ya que otros ojos han pasado por lo mismo que los míos y habrán podido ver más allá.
Publicaciones
En un principio, pensé en la coedición. Te lo pintan tan bonito que es la mejor opción: te publican sin tener que esperar un «no» por respuesta, y te hacen la corrección, maquetación y distribución. Por suerte, buscando experiencias de otros escritores, encontré a Ana González Duque y su grupo El Escritor Emprendedor, que me hicieron darme cuenta de que, puestos a invertir dinero, mucho mejor autopublicar.
Me lanzaré a la autopublicación sabiendo que es un camino largo y difícil, pero con muchas ilusiones. Soy consciente de que no me haré rica, pero estoy convencida de que mis novelas serán interesantes para alguien. Mientras tanto, intento buscar a ese público objetivo y hacerme visible para que quieran leerme.
Formación en escritura
Pensaba que los escritores tenían un don especial. Después de escribir en dos blogs y que mucha gente me recordase lo bien que me expreso, creí que escribía bien. Lo cierto es que, sin formación y conocimientos, escribimos basura. Así que me puse a comprar libros para escritores, sobre el proceso de escritura y corrección, a fin de aprender y mejorar. Y la verdad es que me ha servido de mucho.
Corrección
Desde hace unos meses, mis compañeras del grupo mastermind, todas escritoras, revisan mis textos y le sacan mil y una faltas y mejoras. Cuando ya no sabía qué más hacerle a mi novela, la pasé a varios lectores cero, todos escritores, para que me dijesen qué le faltaba; tenía claro que me queda mucho por hacer.
No me planteo publicar sin un corrector profesional porque sé que verá mucho más que lo que otros escritores o yo misma hayamos podido ver. No quiero publicar algo que haga que nadie quiera volver a leer algo mío.
Expectativas frente a la primera corrección profesional
Me imagino el texto lleno de comentarios y sugerencias. Si no en cada párrafo, en todas las páginas, estoy segura. Cuando lo vea, me darán ganas de desaparecer y olvidar la novela, pero después de una buena merienda que me endulce ese momento amargo, sacaré energía para volver a abrir el archivo y empezar a mejorar mi novela para hacerla perfecta.
¿PUBLICAR SIN CORREGIR? UNA ESCRITORA NOS CUENTA SU EXPERIENCIA
Publicaciones
El día 11 salió a la venta mi primera novela en Amazon. Al principio valoré la idea de la coedición, pero ando escasa de presupuesto y, animada por los consejos del grupo de El Escritor Emprendedor, decidí autopublicarla. Es una satisfacción enorme ver tu libro ahí, en el catálogo de Amazon. Todavía no he podido tocarlo porque vivo en Chile y aún no lo he recibido. Eso sí, ha sido un trabajo enorme corregirlo, maquetarlo (yo, que no sabía ni lo que era justificar), diseñar la portada… Todo con la información que compañeros como vosotros colgáis en internet. De hecho, ahora que está a la venta, he visto que en el ebook no aparece el índice, ¡y todavía no sé por qué!
En realidad, nada más terminar la novela, el año pasado, probé suerte con las editoriales tradicionales, no sé ni cuántos correos mandé… Algunos me contestaron amablemente que tenían el plan de edición lleno, o que no encajaba en su línea editorial… Vamos, que no. Otros muchos ni siquiera contestaron.
Es un poco desesperante, pero, si te digo la verdad, después de un año entero de aprendizaje, me doy cuenta de los dos principales motivos porque me rechazaron. El primero: me equivoqué con la propuesta editorial. Ahora leo los documentos que preparé y me parece que no supe vender el libro, que no fui clara con el argumento o no conseguí llamar la atención. Pero soy positiva por naturaleza, y de esta experiencia he aprendido muchísimo. La próxima, mejor. El segundo: no tenía ninguna presencia online. CERO. Solo las cuentas personales. Por eso, en estos últimos meses me he centrado en las redes y sobre todo en crear un blog. Las redes no me gustan mucho, pero comprendo que son imprescindibles.
Formación en escritura
Mi libro justo acaba de salir a la venta, así que la formación es mi siguiente punto en la lista de Evernote. Estoy mirando ya cursos de narrativa, online, claro, porque tengo que compaginarlo con mi trabajo de profesora de inglés. Yo estudié Turismo y tengo un Máster en Gestión Hotelera, nada que ver con literatura, aunque siempre he sido una lectora voraz y llevo escribiendo desde que los Reyes me trajeron mi primer diario. Así que tengo claro que me queda muchííííísimo por aprender y que necesito una formación en novela. De hecho, estoy abierta a cualquier recomendación de cursos.
Corrección
Como te contaba, tras el silencio de las editoriales tradicionales, decidí autopublicar la novela, porque para mí era importante, tras todo el trabajo realizado. Era la forma de quitarme de encima el famoso síndrome del impostor, y poder pasar al siguiente capítulo. Ojalá hubiera podido pasar por un corrector, pero tengo otra novela ya preparada y quiero concentrar mis (escasos) recursos en ella. Siento que la idea es más original, además de que todo lo que he aprendido este año me ha servido para dejarla más redonda.
Expectativas frente a la corrección profesional
No tenía ni idea de cómo era una corrección profesional hasta que vi varios artículos en el grupo. En concreto uno donde MJ presentaba la primera página de su novela y las diferentes correcciones. Me alegro muchísimo de que lo compartiera, además de que me parece muy valiente. Ahora ya sé a qué atenerme. Si me hubiese llegado así sin saber nada, me hubiese dado un pasmo y hubiese pensado que no sirvo para esto. Pero, en realidad, todas las correcciones son para pulir el texto. Creo que los escritores pasamos tantas veces por las mismas palabras que llega un momento en que somos incapaces de ver los fallos.
LA EXPERIENCIA DE TRES ESCRITORES NOVELES ENFRENTÁNDOSE A SU PRIMERA CORRECCIÓN
Publicaciones
Cuando publique, será con la editorial libros.com, tras haber finalizado con éxito una campaña de crowdfunding. Como la novela será publicada gracias al apoyo de los mecenas, tengo cierto miedo a defraudarlos, ya que han pagado por un producto que todavía no existe, que no han podido ver antes.
Independientemente de que la novela se publique con editorial y ellos puedan realizar algún tipo de promoción, tengo claro que me voy a tener que currar mucho el marketing al ser un autor desconocido.
Formación en escritura
Intento hacerlo continuamente. He leído varios libros sobre escritura, analizo novelas mientras leo (cosa que al principio me daba rabia porque ya no podía disfrutar de la lectura), sigo a blogs de escritura y he hecho unos cuantos cursos online de escritura creativa con distintas escuelas y profesores. Y he de decir que de todos he aprendido mucho. Seguiré haciéndolo, eso seguro.
Corrección
La novela se la pasé a amigos y familiares que me dieron un feedback bastante útil. Aunque para la próxima estoy seguro de que contactaré con profesionales. Los relatos no los suelo corregir con otras personas. Cuando tenga una selección que me guste y pretenda publicarlos, contactaré con profesionales para la corrección.
Para el libro que voy a publicar, la editorial ha buscado una correctora profesional. Y no, no me lo imaginaba así. En los cursos que he hecho siempre me corregían los relatos y más o menos aguantaba las críticas. No sé si será por el apego al texto en sí, pero con la novela me lo tomé como algo mucho más personal. Me sentí desnudo, juzgado personalmente y decepcionado conmigo mismo por tanto fallo. Pero tras tomar distancia, consultarlo con otros compañeros del grupo de Facebook de El Escritor Emprendedor y darle muchas vueltas a la cabeza, asumí que era lo mejor para la novela y que de verdad me queda mucho por aprender. No es lo mismo que te corrijan un relato de tres páginas que una novela de seiscientas. Solo por probabilidad, tendrá muchos más fallos.
Me gustó mucho que la correctora me explicara el porqué de los errores/fallos para poder aprender de ellos. Al final me lo tomé como una especie de tutoría personalizada. Me hubiera gustado haber tenido una charla previa con ella para comentar la novela, mis expectativas, lo que pretendía contar con la historia. Quizás eso nos hubiera facilitado a ambos el proceso de corrección. Aun así, no tengo queja de su trabajo, pues se ha implicado mucho en la historia.
He tenido dos correctores en mi vida, pero no sé si puedo comparar, pues una ha corregido mi primera novela y el otro me corregía los relatos del curso que hacía con él. La diferencia es que el corrector de los relatos podía hilar más fino, pues tenía menos texto que analizar. La correctora tenía muchas páginas que corregir, analizar, pulir y eliminar en un tiempo limitado. He de decir que ambos han conseguido que los textos corregidos estuvieran mucho mejor que antes y sus correcciones eran lógicas y necesarias.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
Que no se lo tomen como algo personal y que intenten aprender del proceso. La primera impresión puede ser chocante, pero con el tiempo el shock se pasa. Que tengan claro que la persona que les está corrigiendo su texto no tiene nada en contra del autor o de la obra. Que se lo tomen como un curso personalizado de análisis de su escritura del que deben sacar provecho. Y que piensen que lo importante es darle a los lectores el mejor producto posible.
Publicaciones
Cuando terminé mi primer borrador, que no será mi primer libro, busqué en internet qué podía hacer con él. Gracias a ello encontré el grupo de Facebook El Escritor Emprendedor y muchísima información al respecto. Antes de eso pensaba que la vía más factible para publicar era con editorial.
Después de leer toda la información encontrada, pensé que mi sueño era que me leyesen y que sería difícil esperar a que una editorial confiase en mí. Por eso me lancé de cabeza a aprender todo lo posible sobre la autopublicación: no pensaba dejar mi sueño en manos de otros. Esa fue la primera razón, pero después han venido otras más sólidas: pasar por todo el proceso, aprender en el camino y ver hasta dónde puedo llegar. De todos modos, tengo claro, como siempre dice Ana González Duque, que el mejor modo de triunfar como escritor es ser híbrido. Pero es muy pronto para saber si llegaré a eso. Mi expectativa más real es autopublicar mi libro. Ya sería un sueño que me leyeran.
Formación en escritura
Al terminar mi segundo borrador, me di cuenta de que tenía que aprender mucho para mejorarlo y que ese futuro primer libro fuese algo de lo que presumir. Entre el primer y el segundo borrador sí que he leído muy buenos libros de formación para escritores, de hecho, tengo un artículo en mi blog al respecto.
El punto de inflexión fue publicar en mi blog el artículo Cómo corregir tu libro con un corrector profesional. Entonces me sentí morir. Fue demoledor. Pero aprendí muchísimo, más que con ningún libro. Cinco correctoras corrigieron la primera hoja de mi libro. Así me di cuenta de que tenía que buscar un tutor. Me puse en contacto con Ana González Duque para hacer su coaching de novela. Todavía no he empezado, pero mi idea es hacerlo hasta que se me acabe el dinero.
Corrección
Tengo un grupo de amigos escritores. Nos hacemos llamar Los 7 Escritores Fantásticos (y dónde encontrarlos), y nos apoyamos a través de un grupo privado de Facebook. Son las personas a las que les he pasado algo de lo escrito, además de a mi novio. Pero todavía siento vergüenza al hacerlo, es algo que me cuesta mucho. Pero prometo mejorar.
Como he comentado, solo han corregido profesionalmente la primera hoja de mi primer capítulo. Me lo imaginaba así o mucho peor. Eso no quiere decir que no tuviese sentimientos encontrados. Muy agradecida por tener la oportunidad de aprender, pero también derrotada. Aunque esto último es algo que viene con mi carácter y que estoy intentando solucionar.
Tuve la suerte de tener a cinco correctoras en ese primer capítulo, cada una se comportó de un modo diferente, lo cual fue muy enriquecedor. Todas tenían cosas estupendas y cosas que mejorar. No sé si eché algo en falta, pero sí que valoré mucho la sinceridad, la explicación detallada de por qué se hacían determinados cambios y los ánimos por su parte. Esto último, lo que más.
Estas cinco correctoras detectaron diferentes fallos en mi texto, incluso las sugerencias eran diferentes. Para no repetirme más, podéis ver el artículo, en él indico lo que más me gustó de cada una.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
Prepara pañuelos. Después de leerla, es algo normal sentir dolor y pena, somos humanos. Deja pasar tiempo si lo necesitas. Analiza todas las correcciones y decide qué quieres dejar igual (las cosas que sean sugerencias) y qué vas a cambiar. Aprende de ellas para mejorar en el futuro. Y cuando no te duela tanto, sigue adelante. Nadie dijo que publicar tu primer libro sería fácil.
Publicaciones
He publicado un relato en la antología Mundos Fantásticos, convocada por Miriam Álvarez del blog Luna Antigua. He quedado muy satisfecho con todo el proceso. El relato que envié partió de un borrador que tenía para otro concurso anterior, al que no lo mandé al final. Reconvertirlo, adaptarlo y corregirlo para esta convocatoria fue una buena experiencia. Recibir las críticas, hacer las correcciones, ver la portada… todo fue una experiencia maravillosa.
Formación en escritura
Leyendo y escribiendo. Sigo enviando a convocatorias y antologías, eso me obliga no solo a escribir, sino a terminar lo que escribo, incluso aunque luego no lo mande.
Corrección
En eso he ido evolucionando, creo. Antes no se lo enseñaba a nadie. Hace poco más de un año terminé un relato corto (25000 palabras aproximadamente) y me atreví a mandárselo a mis hermanos, mi madre, familia, amigos… Fue una especie de iniciación, se podría decir. Mi familia sabe que siempre me ha gustado escribir, pero fue la primera vez que mostraba algo escrito por mí a tanta gente. Recibí buenos comentarios y todos coincidían en cuál era la parte más floja, que es la que yo también veía así. Ahora, cuando acabo algo, se la paso a lectores cero, a los que les dejo claro que quiero una crítica sincera y dura, no que me digan solamente «qué bonito» o «me ha gustado».
La corrección más profunda que he tenido hasta ahora ha sido la de mi relato «Cráneo de gato», para la antología Mundos Fantásticos que he mencionado antes. Fue bastante sorprendente. Quiero decir, me hacían correcciones no solo sobre el texto (frases que sobraban, que no estaban claras, o fallos en la puntuación) sino también, y eso fue lo más revelador y útil para mí, sobre aspectos de la historia y la narración que yo no había visto, y al hacerlo a través de los ojos de los correctores, me di cuenta de cuánto podía crecer mi relato. Es como si al escribir tienes una especie de visión de túnel, ves tu obra, la historia, los personajes… y los correctores te señalan cosas en las que no habías pensado siquiera. El aprendizaje fue brutal.
Hasta ahora no me ha corregido un corrector profesional, y me apetece. Enfrentarme a correcciones y comentarios de las cosas que he escrito me ha resultado una experiencia muy positiva. Y es curioso, porque en general llevo mal las críticas, pero en esto de escribir pasa algo diferente, no sé. Me animan, hacen que tenga más ganas de escribir.
Cuando las correcciones, críticas u opiniones vienen de familiares o amigos, en general suelen ser poco específicas. Cuando vienen de lectores que hacen una corrección más profesional es diferente: desmenuzan la historia y, a partir de esos trozos, puedes volver a recomponer la historia, a reescribirla. La de amigos es más emocional y creo que también necesaria por eso que decía antes de la iniciación, pero la profesional es más instrumental y eso te ayuda a mejorar.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
Como he dicho, cuando recibí las correcciones del relato, una de las cosas que me sorprendió fue lo bien que me habían sentado las críticas. Tuve una cosa muy clara desde el momento en que las recibí: las críticas eran al texto, no a mí. Tener esto claro es fundamental. Y como psicólogo entiendo la importancia de esta apreciación. Es como cuando un niño hace algo malo y lo regañas: es mejor decir «eso está mal» a «eres malo», porque lo primero da la oportunidad de ofrecerle una alternativa a su conducta y no lo culpabilizas a él. Pues en esto igual: la crítica es a lo que has escrito, no a ti. Y por eso puedes mejorarlo.
Además, la sensación que tuve fue que ese relato no era mío: era un relato que había sido escrito por alguien, y yo tenía ahora que mejorarlo. Esa especie de distancia mental y emocional sobre el texto me permitió meterle mano y cambiarlo sin sentir que yo era mal escritor o que no valía; todo lo contrario, la corrección es parte del proceso de escribir y se puede disfrutar igual.
A quienes se estén enfrentando a críticas ahora les digo que no se desanimen. Que no se lo tomen como algo personal. Que se desapeguen de su texto y no tengan miedo de borrar y reescribir. No pierdes lo que te hace escritor por destrozar lo que has escrito y rehacerlo. Es como una especie de miedo a perder algo concreto, el texto que hemos escrito, y no ser capaces de volver a escribirlo. Pero hay que pasar por ese proceso de perder lo que hemos hecho para crear algo mejor. Corregir nos hace más fuertes, nos hace más escritores.
También recomiendo que se expongan más, que participen en más antologías, concursos, etc. Que aprovechen toda ocasión que tengan de mostrar al mundo lo que escriben y recibir críticas, sin miedo.
ESCRITORES PUBLICADOS CUENTAN SUS EXPERIENCIAS CON LA CORRECCIÓN PROFESIONAL
Publicaciones
Mi circunstancia es un tanto peculiar, porque he escrito un libro de encargo antes que uno propio. Fue el año pasado, en régimen de autopublicación. Se presentó el pasado 14 de diciembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Su título: Las Cajitas© del éxito. La metodología que ayuda a tu cerebro a priorizar.
Si ya es un desafío escribir para uno mismo, hacerlo para otra persona lo es más. ¿Satisfecha de la experiencia? Sin duda; conseguí que se me reconociera en los créditos como redactora de contenidos. Es como asomar la cabeza en un escenario que nos oculta, tanto a redactores como a correctores.
En cuanto al papel de la editorial y aunque mi cliente quedó satisfecho, mi sensación fue un tanto decepcionante: vi aparecer puntos en un par de títulos (¡que nunca estuvieron en el original ni en la fase de corrección!) y omitir la firma en un testimonio; algún duende enredó. Y a pesar de que lo indiqué, tampoco cuidaron la calidad del papel que contenía fotografías y se traslucen un poco donde hay texto por la otra cara. En su disculpa diré que se utilizó papel reciclado y que quizá esté ahí la explicación.
Formación en escritura
Llevo años escribiendo para otras personas y colaborando con revistas. También he trabajado en editorial. Mi próximo desafío es una novela que lleva tiempo esperando que me libere. En general, asisto a cursos (la mayoría en línea) y a eventos relacionados con la corrección (pertenezco a la Unión de Correctores) y escribo en un par de blogs (hasta hace nada, en tres).
Corrección
Mis escritos pasan por una compañera correctora. Confío en su criterio y me argumenta sus comentarios.
El libro que escribí tuvo dos correctores: un psicólogo, que se encargó de los contenidos, y mi compañera, para las correcciones ortotipográfica y de estilo. Es así como consideré que debía hacerse.
Mi experiencia más dolorosa, tal como confesé en el hilo de Facebook, fue con mi primer artículo editorial. En aquel entonces había empezado a trabajar en Edidec como redactora de las revistas Hostelería, Escaparatismo y Casa y Jardín; y como correctora de dos publicaciones externas. Tuve un bautismo traumático. Escribíamos en ordenador (años 2000-2004), pero las correcciones, tanto de los textos primeros como de las galeradas, se hacían a mano, con boli rojo y los típicos signos de corrección editorial.
Cuando volvió a mí ese primer texto casi me da un colapso. Era un reportaje sobre una vivienda fabulosa y estaba segura de que lo había bordado. Pero no. Aquello estaba lleno de simbolitos anunciadores de que era un desastre completo. La correctora me lo dejó con un «está muy bien» y al ver mi cara de espanto, se rio: «No sabes tú cómo escribía la que te precedió», me dijo.
Al rato volvió. «Te traigo un regalito». Era el Libro de Estilo de El País. «Perdona, tenía que habértelo dado antes». Sonrió y se fue. Poco a poco me fui recobrando. No había sido por cuestiones gramaticales, sino por convenciones vinculadas a la línea editorial. Aprendí lo importante que es ajustar la propia voz al tipo de publicación y a qué llamaban ‘línea editorial’.
Lo que no deja de sorprenderme cada vez que un texto mío me viene de vuelta es cómo no he visto yo misma el desliz. Pero la autocorrección es difícil; no solo se necesita entrenamiento, sino tiempo, distancia para poder hacer una mirada extrañada sobre él.
Me gusta aprender, mucho, así que cuando entre la correctora y yo establecemos debates como este que sigue, es una gozada:
Fueron muy amables y nos señalaron donde/dónde había un error.
No sé quien/quién tenga que venir todavía.
Estaba atenta a como/cómo lo hacía.
Otros discuten sobre jugadas de fútbol y alguien tenía que hacer el papel de friki del lenguaje…
Las principales diferencias entre correctores son, sobre todo, relacionadas con el estilo. A quien corrige se le puede exigir pulcritud en la ortotipografía y en aspectos relacionados con el estilo (repeticiones, muletillas, imprecisiones, inexactitudes del autor). Pero hay ciertos giros que pueden dar brillo al texto y cuando quien que corrige tiene oído para detectar esa música… es maravilloso. Aunque insisto: no se le puede exigir.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
Que pidan referencias si no conocen a la persona. Una vez que se decidan, que confíen. Y, fundamental: que no se vengan abajo por los comentarios y sugerencias del corrector. Es una oportunidad de oro para aprender, para superarse a sí mismos y conseguir que sus textos queden impecables o, en el peor de los casos, que no dé vergüenza leerlos. Y que tengan siempre presente que la última palabra la tienen ellos como autores.
Publicaciones
He publicado seis libros con cuatro editoriales distintas. Uno de ellos, La cuchara de oro, sobre cocina infantil, fue una coedición con una asociación que organiza un concurso infantil de cocina. Otro, La alegría de ser uno más, también fue una coedición con la Asociación de Familias Numerosas. Han sido siempre una experiencia positiva. Pero recomiendo a cualquier persona que quiera coeditar mucho diálogo con la otra parte para evitar malentendidos.
Formación en escritura
Escribir es una formación continua. He hecho cursos en el Taller de Escritura Creativa Fuentetaja, en el Taller de Escritura de Madrid y también en el taller de Chema Gómez de Lora. Actualmente realizo los estudios del Máster Universitario de Escritura Creativa en la UCM. Siempre hay que leer a los clásicos, y trabajar muchos manuales sobre narrativa. También he realizado el curso de Marketing Online para Escritores con Ana González-Duque.
Publicar un libro es importante, pero con cada libro empiezas desde cero. El inconformismo es muy importante para crecer como escritor. Incluso si tienes éxito. Hay que tener paciencia y pensar que la escritura es como una carrera de fondo, o un maratón.
Corrección
No es difícil encontrar personas que quieran leer mi obra, pero sí es difícil encontrar buenos críticos. Cada día considero más necesario que alguien te critique y corrija el texto. El escritor, harto de correcciones, no suele ver errores de todo tipo, de coherencia, estilo u ortografía.
Todos mis libros me los ha corregido un amigo corrector profesional, antes de mandarlo a la editorial. Nunca llegué a imaginar que se me escaparían tantas erratas. Pensé: ¿Cómo es posible que no haya visto estos errores? En las editoriales hacen también su corrección. Un corrector es imprescindible para publicar un texto de calidad. Lo importante siempre es el diálogo con el corrector sobre dudas y sugerencias.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
La opinión de tu familia y amigos cercanos es importante, pero si quieres ofrecer a tus lectores un texto de calidad, es imprescindible que tu libro lo corrija un profesional. El corrector ve lo que el escritor, agotado de tanto releer su texto, no ve.
Publicaciones
Tengo dos novelas publicadas con una editorial pequeña, Hijos del Hule. En ambas ocasiones he quedado satisfecho. He participado de manera activa en la elaboración de la publicación, por lo que he podido disfrutar mucho de todo el proceso.
Formación en escritura
La verdad es que los cursos de escritura los acabé antes de la primera publicación, pero siempre se sigue aprendiendo. Lo hago, sobre todo, en blogs de otros escritores y mediante libros. Hay uno que recomiendo mucho: Leer con rayos X. Me gustó muchísimo.
Corrección
El primer paso es pasarla a lectores cero, tanto de mi género, el costumbrista-realista, o de otros. Les pido, más que la gramática y la ortografía, que se fijen en la trama, en si hay algo que les molesta, que no les cuadra, que no les gusta, que les chirría o que no se creen.
La corrección profesional de la primera novela fue de estilo, pero no ortotipográfica. Se ve que me creía miembro de la RAE. La segunda pasó por una corrección profesional de estilo y ortotipográfica. ¿Me imaginaba que sería así? Yo creo que sí, lo que no me esperaba era que me encontraran tantos fallos… je, je.
Fue una mezcla de sentimientos. En la balanza, el resultado fue negativo. Soy una persona orgullosa, lo reconozco, y ver todas aquellas marcas me hizo sentir un poco atacado. Ese sentimiento cambió, no obstante, cuando me adentré en el documento (bueno, los documentos, porque había varios) y descubrí que, salvo alguna pequeña salvedad, mi correctora (que por si se puede decir, fue Ana Bustelo), tenía más razón que una santa.
Fueron varios los aspectos que gustaron de su corrección, pero el que más fue todo lo que aprendí. Al corregir aquella historia me he dado cuenta de que, ahora, mientras escribo la tercera, presto más atención a detalles gramaticales o de la propia historia. Y eso es genial.
No eché nada en falta en aquella corrección. Recibí un total de tres archivos con toda la información sobre los que fui trabajando hasta el documento final. Además, pude contactar tantas veces como lo necesité con la correctora para preguntarle las (pocas) dudas que me surgieron.
Considero que la corrección de estilo (lo único en lo que he repetido) puede ser menos objetiva dependiendo del caso. Yo tuve suerte, porque en las correcciones no solo se centraron en el ritmo de la historia, sino en esas discrepancias (que siempre hay alguna) que te pueden hacer quedar muy mal de cara al lector. Hace poco, por ejemplo, leí una novela en la que la protagonista cumple años dos veces con quince páginas de diferencia.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
Que se traguen el orgullo. No somos ni Cervantes ni Cela, por poner dos ejemplos. En la escritura, como casi cualquier otra profesión, se continúa aprendiendo cada día. Y en eso consiste, en aprender y aplicarlo después, ¿no?
Publicaciones
Mi primera novela, titulada El Templo de los Inocentes, es autopublicada. A pesar de haber publicado relatos cortos en antologías y recopilaciones, resultado de premios literarios, me di cuenta de que era difícil abrir la puerta de las editoriales tradicionales. La autopublicación es una buena alternativa en estos casos. He quedado muy satisfecha. La novela es el resultado de varios años de trabajo. Verla terminada y publicada fue una meta cumplida y un incentivo para seguir trabajando en otros proyectos.
Formación en escritura
Por supuesto, ya me formaba antes de la novela y sigo formándome ahora. Creo que el oficio de escritor exige una mejora continua. Mi método de formación predilecto es el taller de escritura, a ser posible, presencial.
Corrección
Una primera lectura sirve para recibir la impresión general de un texto. ¿La historia tiene sentido? ¿El principio y el final son impactantes? ¿Está bien construida? ¿Se entiende la historia y lo que hay entre líneas? Hay muchas preguntas en un texto que solo puede contestar un lector externo. Suelo recurrir a lectores cero y también a otros escritores.
Además de pasar la novela a lectores cero, contraté una lectura profesional. Tras el informe, que valoraba tanto aspectos positivos como mejorables, la reescribí de principio a fin. Fue una tarea dura pero necesaria para sentirme satisfecha con el resultado. Envié la versión definitiva del manuscrito a un corrector profesional. Mi idea era contratar solo una corrección ortotipográfica. Sin embargo, tras unas pruebas decidí que la corrección de estilo también ayudaría a pulir el texto. ¡Todos los escritores tenemos errores de estilo!
El corrector me confesó que el texto estaba bastante más limpio de lo normal, lo que fue una recompensa por tanto tiempo empleado en reescritura, revisiones y mis propias correcciones. El proceso fue muy fluido antes, durante y después. Cuando yo hice la última lectura contacté con el corrector para resolver algunas dudas y modifiqué unos detalles mínimos.
Solo he tenido un corrector y creo que fue una suerte dar con él. He visto errores muy llamativos en novelas que han sido corregidas por profesionales, tanto autopublicadas como publicadas en editoriales. Por eso, cuando vi el trabajo de esta persona me sentí aliviada y muy feliz con el resultado.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
La crítica y la corrección son difíciles de encajar al principio, pero hay que aceptarlas y aprender de ellas. Son tan importantes que, además, hay que buscarlas. Creo que ningún texto debería ser publicado sin pasar por un corrector profesional. Si tu primera corrección no te satisface del todo, en la siguiente busca a otra persona. Y así, hasta que encuentres a tu corrector ideal.
Publicaciones
En el 2016, Fuga Editorial, una editorial independiente panameña, publicó mi primer libro, Bailando descalzo por Madrid. Además, he participado en varias antologías de relatos. La experiencia fue grata. Hay que considerar que para mí el proceso de publicación era una novedad.
Formación en escritura
He participado en diversos talleres de escritura facilitados por reconocidos escritores latinoamericanos y en el Diplomado de Creación Literaria de la UTP (Panamá). Ahora, soy un autodidacta. Estoy leyendo libros relacionados con la escritura como Cartas a un joven novelista, de Mario Vargas Llosa, Confesiones de un joven novelista, de Umberto Eco o Mientras Escribo, de Stephen King.
Corrección
En primer lugar, paso mis textos a escritores amigos. Ellos hacen la primera revisión del borrador. Cuando siento que todas las dudas o comentarios están resueltas, se la paso a mi editor.
Mi libro lo ha revisado un corrector profesional. Fue muy enriquecedor porque aprendí elementos importantes para construir historias eficaces. A veces, uno puede sentir vergüenza por errores obvios, pero hay que demostrar humildad y agradecimiento. Con ello, el libro adquiere fuerza.
A mí me llenó de orgullo que me leyera una persona tan entrenada. Y más, que desgranara lo que estaba contando. Aunque a veces sentía que se confundía con la trama. Quizá porque revisa otros trabajos.
Las diferencias que he encontrado entre correctores son las ganas de enseñar. Algunos simplemente te señalan los errores. Otros te van explicando para que no cometas el mismo error luego.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
No confiar demasiado en el corrector. Cuando te devuelvan el texto, igual hay que leerlo con cuidado. Pueden haber errores que se hayan escapado. Al final, el libro es de uno.
Publicaciones
He publicado un libro, Mamá en apuros contra el cáncer; fue autopublicación a través de Amazon. He quedado muy satisfecha. Este libro fue especial porque cuenta mi experiencia con el cáncer y quería hacerlo asequible (bajo precio) y benéfico. La manera de poder controlar todo, desde el precio hasta la imagen, era ocupándome yo de todo. Además de que no quería esperar durante meses a que me respondiera alguna editorial. El proceso no es sencillo, lleva muchas horas de trabajo, pero estoy orgullosa de mi producto.
Formación en escritura
La formación es básica y nunca termina. Ser escritora es peor que ser abogada, menos mal que me gusta más… Me estoy formando no solo en el área de escritura, que también, sino en la de marketing. No me servirá de nada escribir y autopublicar si no soy capaz de llegar a un público. Estoy en la plataforma de cursos de MOLPE para esto último, y también sigo algunos blogs de escritura y marketing, y leo libros sobre el tema.
Corrección
Antes tenía una dinámica con mi hermana pequeña, que comparte conmigo el amor por las letras y también fue bloguera. Cada viernes le mandaba la producción de la semana y ella le hacía las primeras correcciones. Ahora ella oposita, por lo que ya no tiene tiempo ni para respirar, menos para corregir mis cosas, pero no pasa nada. A finales del año pasado me uní a un grupo mastermind con otras cuatro escritoras y tenemos organizado un sistema para poder revisar los textos de cada una.
Estoy trabajando con una correctora para mi primera novela. Es profesional, pero sin experiencia. La encontré casi de casualidad, en un momento de mi vida en el que no sabía casi nada del tema de correctores, salvo que necesitaba uno para mi novela. No me lo imaginaba así, pensaba que sería más impersonal, pero tengo una relación de confianza con mi correctora, me dice las cosas claras. Yo pensaba que se limitaría a señalarme lo que había que corregir; pero, además de eso, me da soluciones, me propone alternativas y me aporta ideas. Gracias a ella, mi novela crece.
La primera vez que me devolvió el archivo con las correcciones, lo abrí con miedo. Con los ojos medio cerrados, esperando ver más comentarios que texto. Pero, por suerte, no fue así. Empecé a leer los comentarios y a hablar sola. Decía: «tiene razón», «esto es cierto», «¿cómo pude escribir esto así?».
Lo que más me gusta es que me razona los comentarios. Me explica la norma, y eso a mí me encanta porque puedo aprender de mis errores. Quizá echo en falta la experiencia, pero eso se cura con el tiempo.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
Que lo afronten como una oportunidad más de aprendizaje. Todos, en lo más profundo de nuestro ser, queremos que nos digan que somos perfectos y que escribimos como los ángeles (si los ángeles supieran escribir, que no sé para qué, pero bueno). Pero no es así, y si lo fuera, sería mucho más aburrido. No podemos crecer solos, aunque nuestro trabajo parezca aislado, no es cierto. Escribir también tiene su parte de trabajo en equipo. Tú aportas un diamante en bruto y los correctores te ayudan a pulirlo para convertirlo en el mejor diamante posible.
Publicaciones
Publiqué hace algo menos de un año por una editorial, después de presentar mi manuscrito a un concurso. Me dio el valor para atreverme a dedicarme a la escritura en serio y eso se lo agradeceré siempre. Ahora que tengo algo más de experiencia en el asunto y he podido comparar con otros sitios, me doy cuenta de las carencias que tuvo el contrato y, aunque creo que fue bueno para una primera novela, no volvería a aceptar esas condiciones. Actualmente estoy preparando una segunda novela y la quiero autopublicar para conocer también esa experiencia.
Formación en escritura
Siempre, no he parado ni un momento de formarme. En escritura, en marketing, en edición… Hoy en día los escritores somos personas orquesta, necesitamos saber un poco de todo. La promoción, ya seas autoeditado o vayas por editorial, corre de tu cuenta y más te vale dedicarle una enorme cantidad de tiempo y esfuerzo. Si eso no te quita las ganas de escribir, es que es tu verdadera pasión. Pero sí, formarse siempre. Para ello me ha resultado muy útil el club de escritura en el que participo. Cada mes mis trabajos reciben valoraciones constructivas de otras personas a las que también les gusta escribir.
Corrección
Tengo dos lectores beta, además de mi pareja, aunque este último no resulta objetivo y me sirve más para animarme porque sus comentarios son siempre positivos. Las otras dos sí me meten más caña, siempre para mejorar, claro. Después de que pase por sus manos, hago yo una corrección profunda y luego se lo paso a mi correctora para que termine de pulir lo que me falte.
Un texto debe ser corregido por un corrector. Siempre. No puedes firmar con tu nombre una obra llena de errores. Como autores, algunos errores nos pasan desapercibidos. Es necesario que una persona que no esté familiarizada con la obra la analice cuidadosamente. Pero no vale cualquiera, he visto correctores que, aunque conocen las normas gramaticales y ortográficas, no saben hacer bien una corrección. Se meten en cuestiones de estilo y cambian la esencia del autor. A mí no me ha pasado. Mi correctora sabe perfectamente cómo hacer su trabajo, pero en otros sitios me he encontrado de todo.
Procuro poner todo el cuidado posible antes de entregarle mi obra al corrector, por lo que nunca es una verdadera masacre cuando me lo devuelve. Siempre hay algo, claro, pero procuro que sea lo menos posible. Personalmente, que mi obra pase por las manos de un corrector me produce mucha seguridad. Sé que, independientemente de que al lector le guste o no la historia, al menos habrá recibido un producto lo más cuidado posible. Es de lo que se trata. Al fin y al cabo, ese libro va a ser nuestra carta de presentación y si es una chapuza nadie va a querer comprar una futura obra, aunque esta sea lo mejor que se ha escrito en el siglo.
Recomendaciones para enfrentar una primera corrección
Les recomendaría sobre todo que, antes de abrir el documento, se mentalicen de que lo que quieren es una corrección, no una palmadita en la espalda. Si esperan ver un documento limpio, sin casi nada que aportar a su trabajo, que lo olviden. Las anotaciones del corrector son oportunidades de mejorar cosas que no necesariamente están mal, pero que quizá puedan enfocarse desde un punto de vista que no se les había ocurrido. Algunas serán solo recomendaciones a las que pueden hacer caso o no. Lo principal es que lo vean como una oportunidad de mejorar, no como una puntuación de su trabajo o su talento.
Corregir tu libro, un dolor necesario
En la escritura, como en la vida, nunca nunca nunca dejas de aprender. Y es muy valioso escuchar a aquellos que han pasado por lo mismo antes que tú. Es probable que las correcciones te duelan, pero todo será por el bien de la novela. Haz caso a Gabriella Campbell y a sus pasos para superar la resaca de una primera corrección y también a estos trece escritores que han visto en la corrección profesional una forma de mejorar sus obras y de progresar ellos mismos. Y si todavía necesitas más apoyo, recuerda que en grupos como El Escritor Emprendedor encontrarás a otros escritores con los que compartir tus quebraderos de cabeza. ¡Ah! Y recuerda que si buscas corrector para corregir tu libro, puedes contactar conmigo.
Aprovecho para agradecer de nuevo su colaboración a Gabriella Campbell, Isabel Garrido, Laila R. Monge, Cristina Bou, María José Moreno, Alejandro Moreno, Óscar Iborra, Marian Ruiz, Silvia Martínez-Markus, Gema Moratalla, Rubén Berrueco, Leyles Rubio, Pilar G. Cortés y Marta González. Seguro que vuestras recomendaciones y experiencias serán de gran utilidad para otros escritores.
¿Me cuentas tu experiencia o tus expectativas con la corrección?

¿Quieres leer Las semillas del rencor?
Escondido entre montañas, Pesinistra es un pueblo hostil incapaz de sacudirse los prejuicios. De Elisa dicen que lleva el demonio dentro por el color de su pelo. Ella no está dispuesta a tolerar su desprecio y se marcha a la gran ciudad. Pero allí no encuentra un futuro mejor y regresa al pueblo, donde solo le queda la mala vida que le vaticinaron.
Armada con el odio que han sembrado en ella, hará un juramento que sellará el destino de sus descendientes y de Pesinistra.
Adéntrate en esta saga familiar de realismo mágico en la que cinco mujeres buscan su lugar en el mundo.
6 Comments
Hola, Esther!
Lo primero es darte las gracias por contar conmigo para este post. Ha sido un placer, y el resultado está a la vista de cualquiera que lo lea: tantas opiniones de tanta gente sobre un tema como es la corrección de lo que escribimos.
Como bien dices, corregir es un dolor necesario. Tienes ya tu relato acabado, completo, y ahora la idea de cortar por aquí y cambiar por allá se hace horrible. Por ese miedo a que algo se escape: la convicción de que ese toque mágico especial que tenía la historia desaparezca en cuanto quites esas frases horrendas, elimines comas (yo pongo muchas, muchas, muchas) o fundas párrafos enteros. Por no decir que te das cuenta de que el protagonista NO debe ser esa joven estudiante de ingeniería, sino el gato que merodea la universidad, y que además es vidente.
Lo dicho, muchas gracias por la colaboración, y disculparme por no dejar ningún comentario antes.
Un abrazo!
Muchas gracias a ti por participar. Tus reflexiones me encantaron y sé que serán de mucha ayuda para aquellos que se enfrenten a su primera corrección. Volvemos a colaborar cuando quieras. 🙂
Un abrazo, Óscar.
La verdad es que me encantaría poder acceder a un corrector profesional, creo que en el fondo no creo en mi obra, porque no me siento capaz de arriesgar tal cantidad de recursos por ella. También creo que hay cierto escepticismo ante lo que te van a entregar, al fin y al cabo hay un componente subjetivo. ¿Es corriente solicitar al corrector algunas páginas de ejemplo?
Muy buena entrada. Me gusta leer tantos testimonios sinceros y cercanos respecto a este tema.
Hola, Jon:
Claro que puedes pedir una muestra del trabajo del corrector para decidir si lo contratas. Yo, por ejemplo, corrijo gratis una página. Si quieren una muestra mayor, entonces ya sí cobro. Respecto al escepticismo, te recomiendo este otro post: https://relatosmagar.com/contratar-a-un-corrector-de-estilo/
Saludos.
Muchas gracias.
Me ha gustado el artículo del enlace, y creo que lo que dice es cierto. De hecho me pasa siempre, repaso mil veces todo, lo doy a leer, y siempre, en cuanto lo publíco… encuentro algo nuevo… a veces me pregunto si habré sido capaz de crear infinitos errores en un texto finito, me darían el Nobel. XD
Lo que es dudar no dudo, solo estoy esperando a que el cerdito esté lleno de monedas. Probablemente empiece con un cuento.
Seguro que no te arrepentirás. Ver tu obra a través de los ojos del corrector te hará crecer como escritor.
Saludos.
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