Libros de 2015
Diciembre
Fecha de publicación: Una en el s. XVI, una en el s. XIX, dos en el s. XX y cuatro en el s. XXI.
Nacionalidades de los escritores: Cuatro españoles, un portugués, un francés, un italiano y un estadounidense.
Número de páginas leídas: 1620.
Títulos e impresiones:
- ISQH. El color de las granadas, de Juan Andrés Moya Montañez (2015), 279 páginas (digital), amor.
Hace un tiempo os conté que había sido finalista en el Premio Vuela la Cometa. Gracias a ello, he conocido esta deliciosa novela, ya que fue la segunda clasificada y su autor tuvo el detalle de enviármela para que la leyera.
ISQH. El color de las granadas está inspirada en la historia de amor entre Nuruddin, el príncipe del imperio mogol, y Anarkali, una esclava. Juan Andrés Moya muestra su extraordinaria capacidad para narrar, haciendo de cada palabra poesía. Y no es una forma de hablar. Nunca había leído una novela que se recreara tanto en cada palabra, ninguna está puesta al azar. Es belleza en estado puro.
Tanto es así, que algún lector puede sentirse abrumado por su escritura. Pero si se atreve a pasar la página, quedará envuelto por el mundo de sensaciones que Juan Andrés plasma a la perfección. Así que si llegáis a leerla, tened cuidado, no vayáis a sufrir el síndrome de Stendhal. Si esta es la primera novela de este escritor, espero leer todas las que escriba y que la literatura le dé la relevancia que merece. Es un diamante, y ya está bien pulido.
- Diario de una sombra, de María García-Lliberós (2015), 314 páginas (papel), realismo.
Con el diario de la fallecida Elsa como hilo conductor, esta novela refleja la sociedad española de dos épocas diferentes: la de los años setenta y la actual. Escrita con sencillez, hace una reflexión sobre cómo las decisiones pasadas marcan nuestro futuro y cómo la codicia o la cobardía condicionan nuestro destino y el de los demás. Aunque me quedé con ganas de más acción en el tramo final de la novela, no deja de ser un desenlace convincente. La recomiendo a aquellos lectores que le den más importancia a los pensamientos de los personajes que a la historia en sí.
- Alabardas, de José Saramago (2014), 149 páginas (papel), crítica social.
No os engañéis. Esta no es la novela inacabada de Saramago, es una novela apenas empezada. Gracias a la edición (muy cuidada, todo sea dicho), la historia se extiende unas 80 páginas, aunque, en realidad, no son más de 20. En ellas, esboza los personajes principales y el conflicto de la trama: ¿por qué los trabajadores de las fábricas armamentísticas nunca hacen huelga?, ¿por qué en algunas guerras han habido bombas fallidas con mensajes en su interior que advertían que sería así?
Alabardas pudo ser una gran novela, esas páginas lo demuestran, pero desgraciadamente no llegó a serlo. Para completar la obra, se incluyen ilustraciones de Günter Grass, algunos apuntes de Saramago de cómo acabaría la historia y un par de artículos relacionados. Recomendable para saramaguianos como yo.
- El hombre sin cara, de Albert Boissière (1909), 262 páginas (papel), misterio.
Como es habitual en la literatura de esa época, el protagonista y narrador en primera persona insiste en que se trata de una historia real para dotarla de mayor relevancia. Lo que más me sorprendió de esta novela fue que cada capítulo acaba con un giro argumental que cambia por completo las concepciones que se tengan sobre los hechos y los personajes. El grado de asombro fue decayendo al repetirse esos golpes de efecto a lo largo de la trama, pero me pareció una historia clásica de misterio bien cuadrada.
- Para ser novelista, de John Gardner (2001), 168 páginas (digital), ensayo.
En este libro, John Gardner, con una dilatada experiencia como escritor y profesor de escritura creativa, da respuesta a las preguntas más recurrentes de los novelistas principiantes. La verdad es que no se me ha quedado grabada ninguna de sus recomendaciones, pero sí recuerdo que su lectura me resultó gratificante. Sentí que cumplo con esas que él considera cualidades esenciales para escribir bien, más allá de publicar o volverse millonario con este oficio. Por tanto, es recomendable para escritores en ciernes que quieran poner en claro algunas cuestiones, no tanto porque Gardner vaya a darles la respuesta definitiva, sino porque les ayudará a reflexionar sobre el tema.
- El príncipe, de Nicolás Maquiavelo (1531), 72 páginas (digital), teoría política.
Como he dicho más de una vez, es curioso leer obras antiguas para darse cuenta de lo poco que cambian los seres humanos. Gracias a este tratado, se acuñó el término «maquiavélico», es decir, persona que actúa sin escrúpulos para conseguir sus objetivos. Y es que Maquiavelo expone los tipos de principados que había y qué tenían que hacer para conservar el poder a toda costa, dejando a un lado las cuestiones morales o éticas.
Por eso mismo me parece una reflexión actual. El mundo demuestra a diario que prima la conservación del poder de unos pocos sobre el interés de la mayoría. De ahí que su lectura resulte interesante, pese a los cinco siglos transcurridos y la (aparente) disparidad de nuestras sociedades.
- Leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer (1864), 152 páginas (digital), romanticismo.
Recordaba haber leído alguna de estas historias en el colegio, sobre todo Un rayo de luna y Maese Pérez, el organista, y quedarme prendada de ellas. Por eso decidí leer esta selección de leyendas, y la he disfrutado más si cabe. Bécquer, referente del romanticismo, sabía cómo crear la atmósfera adecuada para contarnos esas leyendas ambientadas en lugares tan misteriosos y encantadores como Toledo o Soria. Solo por dejarse llevar por su escritura, merecen la pena. Pero, además, son historias enigmáticas, protagonizadas por amores imposibles o extrañas presencias del otro mundo. Ideales para leer arropados con la manta, una tarde de lluvia. Aunque para deleitarse con Bécquer es indiferente la época del año.
- El barrio de las maravillas, de Rosa Chacel (1976), 224 páginas (papel), realismo.
Las primeras páginas me hicieron prever una gran novela: monólogos interiores cargados de profundidad, diálogos creíbles… Pero, poco a poco, esa percepción fue transformándose en tedio. Y me sabe mal decirlo, porque Chacel escribía muy bien. Para mi gusto, la historia vaga sin rumbo y se queda en nada. Quizá sea porque se trata de la primera parte de una trilogía, y solo quiso esbozar los personajes, pero no leeré el resto para comprobarlo. La lectura se me hizo cuesta arriba, por ser terriblemente densa y no contarme nada.
La historia, resumida en unos cuantos momentos cotidianos de las protagonistas, se extiende apenas unas treinta páginas. El resto son pensamientos que desembocan en divagaciones, que aunque muy profundas, a simple vista, apenas tienen relación con la historia. Por no mencionar que semejantes reflexiones no son propias de niñas de once y trece años. Un libro cargado de elementos buenos que no se supieron administrar.
Noviembre
Fecha de publicación: Dos en el s. XX y tres en el s. XXI.
Nacionalidades de los escritores: Tres españoles, un chino y una estadounidense.
Número de páginas leídas: 1622.
Títulos e impresiones:
- El viaje de Pau, de Benjamín Recacha (2013), 356 páginas (digital), ficción histórica.
Esta novela autoeditada es la primera de Benjamín Recacha, amigo de esta casa, ganador del reto navideño del año pasado y autor también de Cartas a un escritor: ¿Cómo se escribe un best-seller? Benjamín nos cuenta una historia realista y lo hace de forma amena y cercana. Aunque toca temas delicados (el maltrato, el alcoholismo, las víctimas del franquismo y la ley de la memoria histórica), consigue que el conjunto destile optimismo. Y eso lo consigue gracias a unos personajes tiernos y a su apasionada descripción de los parajes del Pirineo aragonés. Tras leer este libro es inevitable querer viajar a Bielsa –como Pau, su protagonista– y seguir la pista a este autor. Seguro que nos dará en el futuro más novelas que reflejen su pasión por la vida y la justicia.
- De Hijo del Cielo a Hijo del Pueblo (Yo fui el último emperador de China), de Pu Yi (1964), 505 páginas (papel), autobiografía.
Un hombre que fue nombrado emperador del estado más grande del mundo a los dos años, y que a los cuarenta fue considerado criminal de guerra y recluido durante doce años para su reeducación, tiene, sin lugar a dudas, una vida digna de ser contada y llevada al cine. Y esa historia es el gran atractivo de este libro. Aunque la forma en la que está escrita se me hizo en muchos momentos cuesta arriba. Algunos pasajes son tediosos (sobre todo por mi desconocimiento del contexto chino y una retahíla de nombres difícil de memorizar), mientras que otros, sumamente interesantes (las descripciones de la vida en la Ciudad Prohibida, llena de excesos, dejan con la boca abierta).
También resulta interesante saber que lo escribió justo después de ser reeducado en la China comunista, por lo que la narración de su vida es muy distinta a como hubiera sido años antes. Pu Yi es un personaje curioso y lleno de contrastes. Por eso, recomiendo la lectura de su biografía, aunque, repito, la escritura (o, quizá, la traducción) deja mucho que desear.
- Mrs. Hemingway en París, de Paula McLain (2011), 456 páginas (papel), ficción histórica.
Después de una lectura densa, necesitaba una adictiva, y esta lo fue. Supongo que sabréis que tras los atentados de París del pasado 13 de noviembre, París era una fiesta, de Ernest Hemingway, se ha convertido en un símbolo para el país galo. Y justamente esta novela es otro punto de vista de ese libro. Narra el mismo periodo, pero desde la perspectiva de la primera mujer del escritor.
La autora, Paula McLain, se documentó con los libros, biografías e imágenes de los protagonistas de esa época (el matrimonio Hemingway, por supuesto, pero también figuras como Gertrude Stein o F. Scott Fitzgerald) para reconstruir la historia de amor de Hadley y Ernest. Un interesante retrato del París de los años veinte y de Ernest Hemingway (con sus virtudes y defectos) antes de convertirse en un referente de la Literatura del s. XX. Muy recomendable para los que gusten de historias personales, pero también para escritores y lectores que quieran conocer la parte humana y el proceso creativo de uno de los grandes escritores de la Generación Perdida.
- Las ratas, de Miguel Delibes (1958), 175 páginas (papel), realista.
Quien aún no haya leído a Delibes, que vaya poniéndole remedio. Es un maestro en el dominio de la palabra y en esta novela, bastante corta, vuelve a demostrarlo. Las ratas es una historia sencilla, contada con las palabras justas. Y demoledora. Tiene los elementos de otras obras del escritor, como protagonistas analfabetos pero profundamente sabios, un entorno rural donde la naturaleza impone sus normas y un intento del de arriba por imponerse al de abajo. Me recuerda mucho a Los santos inocentes, otra de sus novelas imprescindibles. Una historia cruda, muy cruda, pero hermosa por la forma de escribir de su autor. Así que leedla, pero sobre todo leed a Delibes (y no será la última vez que os lo diga, aviso).
- LAB2. Once cámaras acorazadas, de VV. AA. (2015), 130 páginas (papel), relatos.
El LAB es un club de escritores que se reúne cada dos semanas en Valencia para criticar sus relatos sin piedad. Y yo tengo el gusto de pertenecer a él desde hace unos meses. Este es su segundo libro, en donde reúnen relatos de once autores diferentes. Dividido en tres partes (Cámaras realistas, Cámaras con mala uva y Cámaras especulativas), los relatos tienen gran calidad narrativa, aunque no todos captaron mi interés de igual manera. Destaco:
- Jack por el desasosiego que causa;
- Cava, por divertido;
- El mejor despertar, por su peculiar humor y tratamiento de la historia;
- El maniquí, por su simbolismo;
- De la parálisis, por lo original;
- Historia de un corazón pequeño, por su belleza.
Aquí os dejo la sipnosis para que, si os interesa, lo compréis aquí:
Tu mejor amigo veja sexualmente a las niñas de vuestra edad. Tu amante te atosiga para que la liberes de su dueño. A veces eso te dota de un peligroso gusto por el fuego. Corres el riesgo de que tu pareja te sea tan infiel como tú se lo eres a ella. Unos traficantes tirotean tu taxi de la droga, sin la cortesía de dejarte bajar antes. Tus fiestas se ven asaltadas por un grupo de ancianos que arrasa con el catering. Resucita tu cadáver para impedir el asesinato de tu viuda. Los vecinos del pueblo, llenos de extraños bultos en el cuello, amenazan con contagiarte. El éxito te está costando que desaparezcan partes del cuerpo. Te conviertes en el único habitante que queda sobre la faz de la tierra. Acuchillas al doble que te surge tras una ruptura amorosa.
Octubre
Fecha de publicación: Uno en el s. XIV, ocho en el s. XX y uno en el s. XXI.
Nacionalidades de los escritores: Cuatro estadounidenses, tres españoles, un portugués, una mexicana y un argentino.
Número de páginas leídas: 1961.
Títulos e impresiones:
- Misery, de Stephen King (1987), 376 páginas (digital), terror psicológico.
Pese a no considerarla de lo mejor que he leído de Stephen King, esta novela me resultó interesante. Parte de una buena premisa: la fan de un famoso escritor, algo desequilibrada, lo salva tras un accidente de coche y lo retiene en su casa. Pero el desarrollo me parece algo irregular, pues algunos pasajes se me hicieron lentos e incluso aburridos. Lo mejor para mí son sus reflexiones sobre el acto de escribir, llegar al éxito a través de novelas que uno mismo considera malas o el bloqueo creativo, por lo que la considero especialmente recomendable para escritores.
- Libro del Conde Lucanor, de Don Juan Manuel (1335), 174 páginas (papel), cuentos medievales.
Tengo claro que este no es un libro para cualquier lector (aunque sea lectura obligatoria en institutos). Está escrito en castellano antiguo y los cuentos pueden resultar aburridos o incomprensibles. Pero tras ver este vídeo, sentí unas enormes ganas de leerlo. Mi interés era más como escritora que como lectora, puesto que Don Juan Manuel fue un precursor en castellano de la importancia del estilo a la hora de contar historias, puesto que en aquellos tiempos no se concebía la lectura como entretenimiento y lo primordial era el aspecto moralizante de la obra.
Cosas como el diálogo o los juegos entre pasado, presente y futuro del personaje, que hoy estamos cansados de leer, aparecieron por primera vez en obras como esta. Además contiene algunos cuentos populares con lecciones aplicables hoy en día, aunque muchos otros estén totalmente desfasados. Recomendable como curiosidad literaria.
- Levantado del suelo, de José Saramago (1980), 425 páginas (papel), crítica social.
En esta novela, Saramago quiso reflejar su tierra, Alentejo, y la existencia que habían tenido sus antecesores: labrando la tierra para levantar las cosechas, a la vez que morían de hambre. Es una historia sobre la conciencia de clase, la dignidad humana, el miedo y la supervivencia. Y a pesar de esas vidas de penuria, se atisba la esperanza, el cambio (demasiado) lento, pero que al fin llega. Una lectura que remueve porque muestra la injusta tragedia de la mayoría frente a los inmerecidos privilegios de la minoría.
- Entre visillos, de Carmen Martín Gaite (1958), 222 páginas (papel), costumbrista/crítica social.
Esta es la historia de varias adolescentes burguesas en la España de los años 50. Unas ansían la vida que deben vivir (casarse, tener hijos) y otras se asfixian ante tal perspectiva. Martín Gaite se limita a mostrarnos sus salidas al cine, sus fiestas, sus conversaciones, sin entrar a juzgar. Pero logra transmitir las frustraciones que unas y otras padecen. No la leáis si buscáis una novela de sobresaltos o de giros, pues ni siquiera cierra las tramas de todas las protagonistas. Pero si lo que deseáis es conocer cómo se vivía en nuestro país no hace mucho, esta novela plasma con exactitud esa época.
- Tan veloz como el deseo, de Laura Esquivel (2001), 222 páginas (papel), amor.
¿Cómo es posible que esta autora debutara con la deliciosa Como agua para chocolate y, después de muchos años de oficio, escribiera esto? Parte de una premisa sugerente pero desaprovechada: Júbilo es un hombre que tiene el don de captar los verdaderos sentimientos de las personas, aunque no los expresen en palabras. Explica hasta la saciedad que tiene ese don, sin embargo, apenas lo pone en práctica. Y en el devenir de los acontecimientos, incluso resulta contradictorio, por no decir inexistente. Si no supiera por quién está escrita y cuándo, pensaría que es la primera novela de alguien con buenas intenciones, pero con recursos narrativos limitados, que ha perdido el hilo de lo que quería contar. Ni siquiera el estilo me parece cuidado. Decepcionante.
- Mafalda, de Quino (1973), 60 páginas (papel), cómic.
Gracias a un sorteo de la librería solidaria AIDA, me ha tocado una pequeña colección de cómics. Y el mejor de todos, sin ninguna duda, ha sido este. Había leído algunas historietas de Mafalda, pero ha sido un placer leer este recopilatorio. La gran mayoría son brillantes: por sus reflexiones, por su crítica, por su sátira. Me declaro fan de Mafalda y su hermanito.
- Charlie Brown, de Charles M. Schulz (1965), 62 páginas (papel), cómic.
Recuerdo que veía los dibujos inspirados en estos personajes y que me gustaban. Pero esta recopilación de viñetas me ha resultado anodina. Solo las escasas apariciones de Snoopy la hacían remontar, y no demasiado. Aunque las características de los personajes me resultan curiosas y entrañables, en esta selección no he visto que se les saque ningún partido. Ni fu ni fa.
- Garfield, de Jim Davis (1978), 62 páginas (papel), cómic.
¿Y qué me ha parecido Garfield? Entretenido, sobre todo gracias a los ratones y al perro Odie. Aunque los gags son algo reiterativos (su obsesión por vaguear y la comida), la mayoría de viñetas me han sacado una sonrisa. Apto para todos los públicos.
- Mortadelo y Filemón: El sulfato atómico, de Francisco Ibáñez (1969), 48 páginas (papel), cómic.
Un referente del tebeo patrio. En mi infancia veía la serie de dibujos inspirada en estos cómics de Ibáñez, por lo que es irremediable que les tenga cariño (y la canción de la intro resonando en mi cabeza). Con un humor sencillo, caricaturiza la sociedad. En el caso de El sulfato atómico, Mortadelo y Filemón viajan a Tirania, que recuerda bastante a la Alemania nazi. Pero con bichos gigantes por todas partes, la crítica se vuelve chiste. Grandes y pequeños pueden disfrutar de las aventuras de estos peculiares agentes secretos.
- Mapas en un espejo 3. Fábulas y fantasías, de Orson Scott Card (1992), 310 páginas (papel), fantasía y ciencia ficción.
Me estreno con este autor y seguro que repito. El libro está compuesto por diez relatos:
- Sonata sin acompañamiento(excelente),
- Un largo viaje para matar a Richard Nixon (curioso y sugestivo),
- La salamandra de porcelana (triste),
- Mujer media (evocador),
- El bruto y la bestia (tradicional pero rompedor),
- La princesa y el oso (legendario),
- La magia de la arena (precursor de El juego de Ender),
- El mejor día (muy bueno),
- Plaga de mariposas (extraño),
- Los monos creían que todo era jolgorio (ciencia ficción que invita a reflexionar).
En muchos de ellos, juega con elementos tradicionales y clichés de cuentos y el género fantástico, pero suele darle un giro que los hace diferentes. Las fábulas van acompañadas de Apostillas, donde Scott Card explicaba cómo o por qué creo cada relato, lo que nos hace conocer mejor la obra y al propio autor. Una grata sorpresa y muy recomendable.
Septiembre
Fecha de publicación: Una en el s. XIX y siete en el s. XXI
Nacionalidades de los escritores: Cinco españoles, dos estadounidenses y un francés
Número de páginas leídas: 2700
Títulos e impresiones:
- La Segunda Guerra Mundial contada para escépticos, de Juan Eslava Galán (2015), 715 páginas (papel), ensayo
Ya he alabado por aquí la forma de contar la historia de Eslava Galán (todavía no he encontrado a nadie mejor). Entre eso y mi fijación por la Segunda Guerra Mundial, desde que vi este libro, supe que sería mío. Y lo he disfrutado tanto como los anteriores.
Cómo no, Hitler es el más mencionado, pero también hace hincapié en la posición de Franco en el conflicto, las correrías del Duce, los pactos de los aliados, el decisivo papel de los rusos… y las mil anécdotas de civiles y soldados. Porque a través de las pequeñas vivencias de los de abajo, es más fácil comprender la magnitud del conflicto. Todo ello con el estilo irónico y riguroso de Eslava Galán, con episodios cómicos incluidos, que permite digerir mejor la tragedia que describe.
- Banderas de nuestros padres: La batalla de Iwo Jima, de James Bradley (2007), 429 páginas (papel), ensayo
Comencé este libro con el miedo de encontrarme ante una americanada. Nada más lejos de la realidad. La novela cuenta la historia que esconde la fotografía más famosa de la historia: seis marines izando la bandera estadounidense sobre el monte Suribachi, en Iwo Jima. Y es la historia de una gran farsa, donde la verdad queda relegada por un gran titular. James Bradley, hijo de uno de los protagonistas de la imagen, cuenta quiénes eran esos seis chicos y lo que supuso para ellos Iwo Jima, esa foto y todo lo que vino después: convertirse en iconos de un país y en títeres de un gobierno. Un libro sincero que me provocó indignación. Tengo pendiente la adaptación al cine por parte del gran Clint Eastwood.
- Pequeña historia de España, de Manuel Fernández Álvarez (2013), 303 páginas (papel), historia/didáctico
En mayo os hablé de Pequeña historia del mundo y, afortunadamente, todas las pegas que le puse no aparecen en este libro. Dirigido a niños (a los que el autor habla directamente), el libro hace un recorrido por la historia de España desde la Prehistoria hasta el golpe de Estado a la recién estrenada democracia. Aunque es una explicación escueta, sirve para colocar cronológicamente los principales acontecimientos. Es una buena manera de iniciar a los niños en la historia y que los adultos principiantes en la materia asienten sus bases.
- Volver a Canfranc, de Rosario Raro (2015), 504 páginas (papel), ficción histórica
La Segunda Guerra Mundial quizá sea el acontecimiento histórico del que más libros y películas se han hecho. Por eso, me sorprendió descubrir que uno de los lugares clave de la contienda estuvo ¡en España! A través de la trama, Rosario Raro nos transmite su fascinación por Canfranc, la estación de tren ubicada entre Huesca y Francia que supuso la salvación para miles de judíos que huían de la barbarie nazi. Con una minuciosa documentación, se sirve de personajes reales y ficticios para relatarnos este episodio tan apasionante de nuestra historia. Su lectura resulta irónica, vista la situación actual de los refugiados, ya que dos de las judías que huyen son húngaras… Si alguna vez tenéis el placer de coincidir con Rosario Raro, os aviso que también quedaréis fascinados con ella.
- 150 años de historia en mil imágenes. Retrato de Valencia, de Las Provincias (2015), 215 páginas (papel), periodístico
Por cosas de la vida, llegó a mis manos este obsequio que el periódico valenciano hace a sus lectores. En él, se habla de los 150 años del periódico y de Valencia, destacando los acontecimientos más significativos de cada año. Curiosa selección, ya que se le da demasiada presencia (según mi parecer) a noticias taurinas. No obstante, me ha servido para conocer muchas fechas y curiosidades que desconocía de mi tierra. Y eso siempre se agradece. Además, las fotografías antiguas le dan mucho valor. Merece la pena echarle un ojo.
- Los campos de concentración, de Gabriel Gasman (2012), 216 páginas (papel), historia
Y retomo la Segunda Guerra Mundial (¿se nota mi fijación?). Este libro comienza contextualizando el ascenso nazi en Alemania y su animadversión hacia los judíos, para pasar a describir el funcionamiento interno de los campos de trabajo que acabaron siendo campos de exterminio. Aunque no se recrea, no elude la crudeza de lo que describe. Incluye imágenes que pueden herir sensibilidades, por lo que no es apto para cualquier lector. Me parece una exposición correcta, evitando juicios de valor, y centrándose en hechos significativos. Un libro duro porque lo que cuenta lo es.
- Vidas secretas de grandes escritores, de Robert Schnakenberg (2008), 307 páginas (papel), humor
Y después de tanto dramatismo, tocaba una lectura desenfadada. Al ver la portada de este libro, no pude resistirme: caricaturas de escritores. Y prometía desvelarnos sus secretos más oscuros. En definitiva, es el libro perfecto para conocer decenas de anécdotas y curiosidades con las que salsear cualquier conversación profunda sobre literatura.
- Yo acuso, de Émile Zola (1898), 11 páginas (papel), artículo
A día de hoy, la lectura de este artículo seguramente deje frío al lector. Pero en su época supuso todo un acontecimiento. Zola lo utilizó para dar a conocer a la opinión pública una injusticia silenciada por las altas esferas: el caso Dreyfus. En la portada del periódico publicó una carta dirigida a Félix Faure, el presidente de la República, reclamándole que actuara y acusando a los implicados, con nombres y apellidos. Como lectura, ni fu ni fa, pero me dejó con ganas de saber más del caso Dreyfus y las consecuencias que tuvo la osadía de Zola. Pero eso ya es otra historia…
Agosto
Fecha de publicación: Dos en el s. XX y tres en el s. XXI
Nacionalidades de los escritores: Un inglés, cuatro españoles y una estadounidense
Número de páginas leídas: 2069
Títulos e impresiones:
- El factor humano, de John Carlin (2008), 331 páginas (papel), ensayo
Este es uno de esos libros que he leído después de ver su adaptación al cine y, en esta ocasión, recomiendo ambas. Son dos versiones algo diferentes, pero igual de interesantes, de un periodo histórico que fue ejemplo para la Humanidad (o, al menos, debería serlo): el fin del apartheid y la unión de los negros y blancos sudafricanos a través del deporte. Carlin relata los últimos años de Mandela en prisión, para contextualizar los acontecimientos que vendrían después, y cada uno de sus movimientos para lograr ser presidente y unir a su pueblo. La única pega que le saco a este libro es que deja con ganas de más. Y es que Mandela fue un hombre apasionante: estratega, persuasivo y con una capacidad de perdón admirable.
- Yo confieso, de Jaume Cabré (2011), 1000 páginas (digital), memorias
Este libro lo tenía pendiente desde su publicación (ya que captó mi atención desde el primer momento) y lo incluí en mi listado de novelas de 1000 páginas… o más. Pese a su extensión, su lectura me enganchó y no se me hizo largo. Eso sí, su estructura en ocasiones resultaba liosa porque, de un párrafo a otro, saltaba de épocas, incluso mezclando historias de diferentes personajes, lo que dificultaba el seguimiento de la trama. Con unas dosis extras de atención, esto se solventaba. Lo que no acabo de entender es por qué en las partes en las que el protagonista, Adriá, narra en primera persona, en ocasiones puntuales se pasa a la tercera persona para hablar de sí mismo. Si esto era un recurso narrativo (y no un fallo), no logré dilucidar la razón.
A través de las memorias de Adriá, y un recorrido por la vida de todos los propietarios anteriores que tuvo su preciado violín, Cabré hace un retrato de la maldad humana desde distintas perspectivas. Y también de la amistad, el amor, la ambición, la decadencia y la muerte. Mención especial a Águila Negra y el Sheriff Carson, dos juguetes de Adriá, que le acompañan a lo largo de su vida como sus particulares Pepito Grillo.
- Señora de rojo sobre fondo gris, de Miguel Delibes (1976), 152 páginas (papel), amor
No sabía en qué género catalogar esta novela. Habla sobre el bloqueo artístico, la concepción de la belleza, las sensaciones ante el declive físico de la persona amada, debido a una enfermedad, y, además, cuela una sutil crítica social. Pero entre todo destaca Ana, de quien su pareja, el narrador de esta historia, hace un minucioso retrato que logra enamorar al lector, al igual que hizo con él. Y por eso la he catalogado de amor, porque cada uno de los temas que menciona son una reflexión más para expresar su amor por Ana. Una historia breve, la más sencilla que he leído de Delibes. Pero, como siempre, una lectura grata, que cala.
- La campana de cristal, de Sylvia Plath (1963), 280 páginas (digital), semiautobiográfica
Saber que la protagonista de esta historia es el alter ego de su autora hace que la lectura sea más punzante. La primera parte de la novela describe un entorno y unas vivencias banales (fiestas, ligues). Después, pasa a describir su declive emocional y sus pensamientos depresivos.
Lo sorprendente de esta novela es que, pese a hablar de la inadaptación y la angustia por vivir, lo hace con ironía y cinismo. Eso suaviza mucho la lectura de un tema tan delicado. Son muy interesantes las reflexiones que hace sobre qué suponía ser mujer en los años 50, en un pueblecito estadounidense. Aunque sea de una temática incómoda, la forma de narrarlo la convierte en una novela muy recomendable.
- Cartas a un escritor: ¿Cómo se escribe un best-seller?, de Benjamín Recacha y Toni Cifuentes (2015) 306 páginas (digital), epistolar/artículos
Recopilación de cartas y artículos entre dos escritores que se abren paso, cada uno a su manera, en el difícil mundo editorial. Cargado de honestidad y reflexiones de calado, se merece una reseña.
Julio
Fecha de publicación: Uno en el s. XVII, dos en el s. XX y uno en el s. XXI
Nacionalidades de los escritores: Un inglés, dos estadounidenses y un argentino
Número de páginas leídas: 756
Títulos e impresiones:
- Otelo, de William Shakespeare (1603), 95 páginas (papel), teatro
Aunque siempre digo que hay que leer a Shakespeare, Otelo quizá sea la obra que más indiferente me ha dejado de este maestro de la literatura. Su estructura es calcada a otras obras que ya había leído y, en esta ocasión, los personajes no me han cautivado. Recomendable para esos celosos que ven una montaña en un grano de arena: leed Otelo y no hagáis como él.
- Viento del este, viento del oeste, de Pearl S. Buck (1930), 251 páginas (papel), drama
Pearl S. Buck nos cuenta en esta novela el choque cultural entre la forma de ver la vida de los orientales y los occidentales. Narrada desde el punto de vista de una mujer china educada según las antiguas tradiciones de su país, me resultó curioso conocer sus supersticiones y los roles asumidos por hombres y mujeres (aunque me quedé con ganas de más), pero, sobre todo, cómo ven ellos las costumbres occidentales. Aunque me dio la impresión de que la historia dejaba entrever que lo oriental ha de sucumbir a lo occidental, yo prefiero entenderlo como que no somos ni mejores ni peores, sino distintos a la vez que complementarios.
- Entre tonos de gris, de Ruta Sepetys (2011), 284 páginas (papel), ficción histórica
Este libro me ha abierto los ojos a una realidad que desconocía: la deportación por parte del gobierno de Stalin de lituanos, letonios y estonios, que pasaron décadas en campos de trabajo o murieron por el camino. Esta novela es ficticia, pero está basada en las anécdotas de personas que padecieron esa prisión durante años y que, una vez liberados, nunca pudieron quejarse en voz alta de lo sufrido. Me parece increíble de lo que es capaz el ser humano (denigrar a su semejante, sobrevivir hasta en las circunstancias más extremas) y que barbaries como esta sigan tan silenciadas.
- Ficciones, de Jorge Luis Borges (1944), 126 páginas (digital), relatos
¡Por fin he leído a Borges! Me ha sorprendido lo atípico de estos relatos (si es que se pueden denominar así), y el derroche de sabiduría e imaginación que hay en ellos. Una parte de los relatos parecen ensayos sobre libros inventados, que Borges hace reales. Mientras que otros, más sencillos de leer, se acercan a lo que tradicionalmente llamamos relatos. Los laberintos, los espejos y las realidades paralelas son temas recurrentes en todos ellos, que abren un mundo de alternativas infinitas al lector. Lectura compleja, densa, que sacude las neuronas. Apto para lectores avezados que busquen una literatura diferente. Va más allá, mucho más allá.
Junio
Fecha de publicación: Tres en el s. XXI y una en el s. XIX
Nacionalidades de los escritores: Dos españoles, un estadounidense y un francés
Número de páginas leídas: 2587
Títulos e impresiones:
- La copia de Van Gogh, de Mercedes Salvador (2015), 158 páginas (digital), intimista
Novela sencilla que me hizo pasar un buen rato. Para mí, lo mejor de la historia es la parte de las vacaciones en Mallorca, durante la infancia de la protagonista, en donde nace la amistad con una bohemia niña estadounidense y, por supuesto, el personaje de la entrañable abuela. El tramo final me pareció el más flojo y precipitado, pese a que podía haber dado mucho de sí. Con toques de humor, drama y romance, es una lectura ideal para intercalar entre otras más densas.
- La carretera, de Cormac McCarthy (2006), 216 páginas (digital), post-apocalíptica
En un mundo destruido, un padre y un hijo tratan de sobrevivir a toda costa. No lo leáis si buscáis acción, aventura o una buena historia de ciencia ficción, porque entonces os defraudará. Se trata de un libro intimista, donde lo importante (y lo único) es la relación entre esos dos seres: el padre, desesperado por dejar atrás ese mundo; el hijo, desesperado por adentrarse en él. Escasos diálogos, compuestos casi de monosílabos, pero en los que se puede leer muchos miedos entre líneas. Es un libro diferente, pero no recomendable para cualquier lector, ya que puede resultar lento y deja mil preguntas en el aire.
- El libro rojo de Cálamo, de Germán Molero y Antonio Martín (2013), 212 páginas (papel), manual
En este caso, no es una novela sino un prontuario de manuales de estilo, es decir, un compendio de reglas ortográficas y gramaticales. Vamos, casi como leer una enciclopedia. Por tanto, solo es recomendable a la gente que esté verdaderamente interesada en adentrarse en los pormenores de la lengua. Y, por supuesto, a los profesionales en la materia. Reúne en un solo libro los puntos de vista de la RAE, Martínez de Sousa y otros expertos. Se puede obtener gratis aquí. Para mí se ha convertido en un manual de referencia.
- El conde de Montecristo, de Alexandre Dumas y Auguste Maquet (1844), 2001 páginas (digital), aventuras
Por fin he tachado este clásico de Dumas de mi lista de pendientes, y no me ha decepcionado. Pese a su extensión, no se hace eterno. Es más, la mayor parte de los capítulos son amenos y rápidos de leer. Una venganza cocinada a fuego lento, que convierte a Edmundo Dantès en uno de los personajes más épicos de la Literatura.Cogedlo con tiempo y disfrutadlo, está lleno de frases para enmarcar.
Mayo
Fecha de publicación: Dos en el s. XXI, una del s. XX y una del s. XIX
Nacionalidades de los escritores: Tres españoles, una ucrano-francesa y un checo
Número de páginas leídas: 1421
Títulos e impresiones:
- Pequeña historia del mundo, de Fernando García de Cortázar (2013), 287 páginas (papel), historia/didáctico
Cuando compré este libro, atraída por las simpáticas ilustraciones de Jvlivs, me esperaba una narración amena y divertida sobre los principales acontecimientos históricos mundiales. Sin embargo, me equivoqué. Se trata de un libro especialmente dirigido a niños. De ahí que se introdujera un hilo argumental (un niño es visitado por un sabio cada noche, que le cuenta los hitos de su época), que no hubiera estado mal si no fuera porque los diálogos eran forzados y prescindibles, entorpeciendo la lectura. Y eso no es cosa de ser niño o adulto, sino de calidad literaria. En cuanto a la explicación de los hechos históricos, es sencilla y superficial. Pero para niños y principiantes, es un buen repaso para tener una perspectiva histórica básica.
- Arrepentimientos, incisiones, pigmentos e incógnitas, de Joaquín María Azagra Caro (2015), 117 páginas (papel), relatos
Suelo decir que el problema de los libros de relatos es que no siempre toda la selección tiene el mismo nivel de calidad; este no es el caso. Compuesto por cinco relatos, todos me atraparon desde la primera página. En apariencia, pertenecen al género realista, pero pronto sus personajes muestran sus obsesiones y te planteas hasta qué punto el avance de la historia es realidad o fantasía. Tras el humor que destilan la mayoría de ellos, se muestra una interesante reflexión sobre el arte (la pintura, especialmente) y la relación entre el autor y su obra. Por tanto, es una lectura que se puede disfrutar en varios niveles. Como curiosidad, he de decir que dos de los relatos llevan por título una ecuación matemática. Yo, negada en números, soy incapaz de ver la relación con el texto, pero seguro que otros lectores sabrán encontrarle el sentido.
- Suite francesa, de Irène Némirovsky (1942/2004), 434 páginas (digital), ficción histórica
Es difícil valorar una obra inacabada. En este caso, un libro destinado a tener más de 1000 páginas se quedó en poco más de 400. Y precisamente por culpa de la Segunda Guerra Mundial, tema central de la historia. Algunos personajes tienen bastante recorrido, mientras de otros solo se esbozan sus perfiles. Pese a todo, las descripciones psicológicas de aquellos franceses que tuvieron que acoger a sus invasores nazis es tan exhaustiva que merece la pena leerlo. La edición incluye cartas personales de familiares de la autora, que dejan entrever el trágico desenlace de esta, internada en un campo de concentración por su origen judío. Ambas historias, la ficticia y la real, se complementan de una forma que el conjunto adquiere más dureza si cabe.
- El desconocido, de Franz Kafka (1927), 290 páginas (papel), de iniciación
Conocida durante mucho tiempo como América, esta es una de las novelas inacabadas de Kafka. A diferencia del libro de Némirovsky, esta sí tiene un final abrupto y molesto, donde, tras casi 300 páginas, no se ha llegado a ninguna parte. Por eso, considero que es un libro recomendable para los seguidores de Kafka, pero no para cualquier lector. Al final, se anexan fragmentos sueltos de la trama. Sirven para imaginarse cómo acabó el bueno de Rossman, el protagonista, un pobre adolescente que, pese a sus esfuerzos, siempre se mete en las situaciones más absurdas y agobiantes. Kafka en estado puro.
- Apocalipsis Z, de Manuel Loureiro (2007), 293 páginas (papel), acción/terror
He visto muchas películas de zombis, pero, hasta el momento, solo había leído Soy Leyenda. El primer libro de Loureiro es una buena historia de zombis. Repleta de acción, consigue la verosimilitud que se nota que el autor ha buscado. Sin embargo, la edición deja mucho que desear. Me sorprende que una editorial ponga su sello a un texto con puntos detrás de las interrogaciones o, peor aún, a diálogos sin raya inicial. Por no hablar del abuso de ciertas expresiones o cacofonías, que delatan que a este libro le faltó una buena corrección. Es la primera parte de una trilogía, pero no seguiré con el resto.
Abril
Fecha de publicación: Dos en el s. XIX y tres en el s. XXI
Nacionalidades de los escritores: Una iraní, tres estadounidenses, un francés, un danés
Número de páginas leídas: 1900
Títulos e impresiones:
- La mujer que leía demasiado, de Bahiyyih Nakhjavani (2010), 462 páginas (papel), histórica
Esta novela me cautivó con sus primeras páginas. Pero a medida que avanzaba, la historia se me volvió monótona. A través del punto de vista de distintas mujeres (madres, esposas, hijas, hermanas), se reconstruye los últimos años de la poetisa iraní Tahirih Qurratu’l-Ayn. La estructura de la novela se basa en describir los mismos momentos claves a través de la perspectiva de estos personajes, de ahí que me pareciera monótona. Pese a ello, es una lectura interesante para conocer a una mujer que revolucionó su tiempo con dos actos: quitarse el velo ante los hombres y enseñar a leer y pensar al resto de mujeres.
- Festín de cuervos, de G. R. R. Martin (2005), 850 páginas (papel), fantasía épica
Cuarta parte de la famosa saga Canción de hielo y fuego. En esta entrega no hay tantos sobresaltos como en las anteriores. Aparecen nuevos personajes para enredar más la maraña y otros de los protagonistas ni siquiera se mencionan. Novela de transición, donde hay más estrategia que acción. Deja con ganas de más.
- La vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne (1872), 255 páginas (papel), viajes/aventuras
Aunque este clásico es una mera sucesión de viajes contra reloj, Verne sabe cómo narrarlo, con dosis de cultura, humor e intriga. Tuve la suerte de leerlo en una edición preciosa, llena de ilustraciones, que me hizo disfrutar el doble de su lectura.
- La reina de las nieves, de Hans Christian Andersen (1844), 45 páginas (papel), infantil
En mi niñez leí este cuento decenas de veces, y pese a no recordar apenas la historia, le guardaba mucho cariño. Por eso, ha sido muy especial volver a cruzarme con él, releerlo, y estremecerme con frases que me impactaron de pequeña. Muy recomendable para niños y adultos.
- Cómo no escribir una novela, de Sandra Newman y Howard Mittlemark (2010), 288 páginas (digital), didáctico
Esta obra nos enumera los errores que los escritores noveles suelen cometer y por los que sus libros son impublicables. Con ejemplos exagerados y en clave de humor, Newman y Mittlemark demuestran por qué ciertos personajes, argumentos o estilos no funcionan. Me ha hecho descubrir errores en los que caigo, aunque en otros no estoy de acuerdo. La gran pega que encuentro a este libro es que pasa de puntillas sobre todos ellos y en algunos hubiera sido necesario dar más explicaciones para dejarlos claros.
Marzo
Fecha de publicación: S. XX
Nacionalidades de los escritores: Dos estadounidenses y una india
Número de páginas leídas: 862
Títulos e impresiones:
- Beloved, de Toni Morrison (1987), 331 páginas (digital), drama/realismo mágico
Esta es una novela compleja, que edulcora la crudeza de la esclavitud con toques de realismo mágico para ayudarnos a digerir la dramática historia. Con continuas idas y venidas entre realidad y fantasía y pasado y presente, me costó seguir el compás marcado por Morrison. Aunque disfruté con su prosa, tuve una perenne sensación de estar perdiendo el hilo.
- El color púrpura, de Alice Walker (1982), 223 páginas (papel), epistolar
A través de cartas dirigidas a Dios, Celie, una mujer negra del sur de EE. UU., narra su vida. Con un lenguaje muy sencillo e incluso ingenuo, consigue que se le coja cariño con facilidad. Una novela dura pero también divertida, con unos personajes femeninos complejos y variados que rompen más de un estereotipo y tabú. Me ha gustado mucho.
- El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy (1997), 308 páginas (papel), drama/realismo mágico
Me ha impresionado que sea la primera novela (y, desgraciadamente, la última) de esta autora. Me parece un novelón. De nuevo, los toques de realismo mágico sirven para facilitar la lectura de una historia muy dura. Roy tiene un estilo muy peculiar, que me ha encantado. Se sirve de variados recursos estilísticos para contar la historia de unos hermanos gemelos en la India de los años sesenta. No narra grandes acontecimientos ni hay giros imprevistos. Es una novela de pequeñas cosas, como bien anuncia su título. En ella, lo más importante son sus personajes, su psicología y su transformación. Muy recomendable.
Febrero
Fecha de publicación: Una en el s. XIX, dos en el s. XX y tres en el s. XXI
Nacionalidades de los escritores: Un austro-húngaro, una inglesa, un irlandés, un colombiano y españoles Número de páginas leídas: 1239
Títulos e impresiones:
- El sueño del búho, VV. AA. (2007), 112 páginas (papel), antología poética
Esta antología reúne las poesías de todos los miembros de la asociación literaria valenciana El sueño del búho, lo cual me parece una iniciativa muy interesante. Reconozco que no soy buena lectora de poesía. No siempre logro comprender lo que el poeta quería transmitir. Eso me ha pasado con varias de las poesías de esta antología, pero otras las he disfrutado mucho. Y es que cuando se conecta con una poesía, surge la magia.
- Escucho otra cadencia en mi memoria, de Juan Luis Bedins (2005), 77 páginas (papel), poesía
Este libro pertenece a un único poeta y eso se nota. Me ha gustado más que el anterior porque he logrado conectar con la sensibilidad del autor, que compuso esta obra como si de un pentagrama se tratara. La belleza de sus versos y lo que esconden detrás han hecho que algunos se me queden grabados:
Que el olvido sí que existe
y está lleno de memoria.
- Vivir para contarla, de Gabriel García Márquez (2002), 603 páginas (papel), autobiografía
Las primeras páginas de esta obra, donde García Márquez recuerda su infancia, me cautivaron. Su variopinta familia tiene mucho que ver con los Buendía de Cien años de soledad. Sin embargo, después se extiende (para mí, demasiado) en sus primeros años de periodista. Cuando llegué al final, sentí que me faltaba mucho: su despegue definitivo como escritor, su sensaciones de entonces, la mención a tantas y tantas novelas, su Nobel… He leído el primer y segundo volumen. Tengo entendido que se proyectaron tres, pero desconozco si el último se llegó a publicar. ¿Alguien puede sacarme de dudas? Recomendable para los seguidores del famoso colombiano, aunque a mí me supo a poco.
- De profundis, de Oscar Wilde (1897), 188 páginas (papel), epistolar/autobiográfica
Todo lo que se cuenta en esta carta y todo lo que hay detrás de ella, la convierten en una obra muy valiosa. Escrita desde la cárcel, Wilde hace una reflexión sobre la vida y las circunstancias que le han llevado allí. Este relato tan sincero me provocó pena y admiración a la par. Wilde vuelve a dar una clase magistral de análisis psicológico y social, tanto propio como de su amigo y destinatario. Os animo a descubrir este libro si buscáis un libro reflexivo o si sois tan fans de Wilde como yo.
- La mujer de negro, de Susan Hill (1983), 177 páginas (digital), horror
Esta novela me pareció correcta: por la forma en que está escrita, por el suspense que logra, por la historia en sí… Cumple su cometido y eso siempre está bien. Sin embargo, cuando he comprobado la fecha en la que fue escrita, me he sorprendido. Hubiera dicho que había sido publicada un siglo antes, pero no. Es un cuento de terror decimonónico tan clásico que saber que tiene apenas treinta años le resta muchos puntos. No tiene nada de lo que no se haya escrito mil veces antes, y de la misma manera.
- 24 horas en la vida de una mujer, de Stefan Zweig (1929), 82 páginas (digital), drama
Creo que no he sabido elegir el libro con el que estrenarme con este autor, al que le tenía muchas ganas. Aunque con varios puntos destacables (su prosa, su puesta en duda de la moralidad, su suspense), la novela en su conjunto me ha parecido algo simple y aburrida. Pero presiento que Zweig me puede conquistar en futuras lecturas.
Enero
Fecha de publicación: Uno en el s. XIX, tres en el s. XX y tres en el s. XXI
Nacionalidades de los escritores: Un inglés, cuatro estadounidenses, un australiano y un francés Número de páginas leídas: 2686
Títulos e impresiones:
- Alicia a través del espejo, de Lewis Carroll (1872), 116 páginas (digital), fantasía
Reconozco que la primera parte, la famosa Alicia en el país de las maravillas, de Carroll, no me entusiasmó. Sin embargo, esta me parece mucho más elaborada, más madura. Las escenas y diálogos, aparentemente absurdos, encierran una doble lectura, en la reside el gran valor de esta obra. Una historia infantil a primera vista, una reflexión filosófica si se sabe leer entre líneas.
- Criadas y señoras, de Kathryn Stockett (2009), 453 páginas (digital), drama
¡Cómo la he disfrutado! Me enganchó de principio a fin. Cada hueco que encontraba, era ideal para retomar su lectura. Las heroínas de esta historia me han parecido unos personajes llenos de matices y entrañables, no así la malvada Hilly Holbrook, mucho más plana, pero que cumple a la perfección su papel de ser odiosa. Le dedico esta reseña.
- Shutter island, de Dennis Lehane (2003), 393 páginas (papel), novela negra
Si algo he de destacar de esta novela, es la química entre sus dos protagonistas, los agentes Teddy y Chuck. Sus conversaciones reflejan la amistad que surge entre ellos desde el primer momento, y son uno de los principales atractivos de la historia. Como suele ocurrir en las novelas ambientadas en psiquiátricos, nada es lo que parece. Dennis Lehane sabe cómo narrar ese juego de apariencias y mantener desconcertado al lector hasta la frase final. Esa clase de libros que generan debate tras su lectura. Muy recomendable.
- Forrest Gump, de Winston Groom (1986), 335 páginas (papel), humor
A favor: a través de la vida de un chico al que todos consideran tonto, la novela muestra como, la mayoría de veces, es el resto de la sociedad la que se comporta como tal. En contra: para ser tonto, no lo demuestra en ningún momento, exceptuando alguna frase fuera de lugar. Muestra talento superdotado en deportes, música, matemáticas, ajedrez… ¿y siguen llamándole idiota? Eso, unido a sus rocambolescas experiencias vitales, le quita muchísima verosimilitud a la historia. Mucho mejor la película.
- La lista de Shindler, de Thomas Keneally (1982), 573 páginas (papel), histórica
Esta novela es el resultado de recopilar más de 50 testimonios de judíos salvados por Oskar Shindler, durante la Segunda Guerra Mundial. Los hechos priman sobre la literatura, por lo que, en algunos momentos, puede resultar una lectura densa. No obstante, su valor histórico es impresionante. Huye de mostrar a Shindler como un santo, contando también sus debilidades personales. El resultado es un relato bastante equilibrado y objetivo. Esta historia, pese a su dureza, muestra cómo lo mejor del ser humano puede sobrevivir en medio del más terrible caos. Tengo pendiente la película; no me matéis, por favor.
- El planeta de los simios, de Pierre Boulle (1963), 189 páginas, distopía
Un mundo en el que los simios dominan a los seres humanos y los someten a crueles estudios a favor de la ciencia. A través de esta paradoja, Boulle consigue hacernos conscientes, de una forma mucho más efectiva, de las atrocidades que los seres humanos cometemos contra el resto de animales. Aunque la primera mitad de la novela me pareció demasiado lenta, la segunda, y sobre todo su final, le hizo ganar muchos puntos. En conjunto, una novela original y crítica, que logra el impacto que busca. Tan recomendable como su película, pero algo diferentes.
- Tenemos que hablar de Kevin, de Lionel Shriver (2003), 627 páginas, epistolar/drama
Una historia tan cruda y una protagonista tan políticamente incorrecta que es imposible que deje indiferente. Tengo tanto que decir sobre esta novela que le dedico reseña.
Conclusiones de mis libros de 2015
Este año he leído 70 libros, un par menos que en 2014. Pero las 21 423 páginas leídas es una cantidad bastante superior a la que alcancé un año antes.
En general, me ha parecido un buen año lector:
- He releído historias que me marcaron en la infancia, como La reina de las nieves o Leyendas de Bécquer.
- He leído, por fin, libros a los que les tenía muchas ganas, como Yo confieso, de Jaume Cabré, El conde de Montecristo, de Dumas o Alicia a través del espejo, de Carroll.
- Me he estrenado con autores de referencia como Stefan Zweig, Toni Morrison, Sylvia Plath y Orson Scott Card.
Este año he leído 18 libros escritos por mujeres, lo que supone un 26 % de mis lecturas, el mejor dato desde que hago el registro. Aun así, espero seguir aumentando esa cifra. A pesar de ser un porcentaje tan pequeño, dentro de él se encuentran varias de mis lecturas preferidas de 2015. Me quedan muchas escritoras por descubrir.
En cuanto a la batalla entre papel y digital, este año la gana el papel. Solo el 31 % de mis lecturas han sido en formato digital.
Este año ha predominado la literatura contemporánea y apenas he leído libros publicados antes del siglo XIX. Tendré que remediarlo en 2016, ¡con lo que me gustan a mí los clásicos!
He leído autores de todas partes del mundo: Australia, Colombia, Argentina, México, China, India, Irán, Dinamarca, Italia o Irlanda. Aunque sigo leyendo a más ingleses (4), franceses (6), estadounidenses (21) y, sobre todo, españoles (26). A ver si en 2016 me paso por África y profundizo en Asia.
Lo mejor de mis libros de 2015
¿Y qué lecturas han marcado mi año lector? Pues solo he catalogado como inolvidables (o lo que es lo mismo, con cinco caritas sonrientes) a cuatro libros, así que ellos se erigen como mis libros favoritos de 2015:
Tenemos que hablar de Kevin, de Lionel Shriver. Sinceridad políticamente incorrecta.
Criadas y señoras, de Kathryn Stockett. Una historia adictiva, con un protagonismo femenino fuera de lo común.
El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy. Diferente, cruda, hermosa.
ISQH. EL color de las granadas, de Juan Andrés Moya Montañez. Una leyenda de amor escrita con abrumadora belleza.
Lo peor de mis libros de 2015
¿Y las peores? Porque lo malo marca, y mucho. Aquí podría incluir ocho títulos. Pero solo mencionaré las cuatro que me decepcionaron más por tener grandes expectativas puestas en ellas.
Veinticuatro horas en la vida de una mujer, de Stefan Zweig. Mal comienzo con un buen escritor. La historia me supo a poco.
Otelo, de William Shakespeare. Mi primera (y espero que única decepción) con el autor clásico por excelencia. Sus elementos habituales, pero sin su chispa característica.
Tan veloz como el deseo, de Laura Esquivel. Presentar a un protagonista con un don maravilloso y que no haga uso de él en todo el libro es imperdonable. Parece escrito por una aficionada. Mi mayor chasco.
El barrio de las maravillas, de Rosa Chacel. Divagaciones sin historia. Me pasé casi toda la novela esperando que las protagonistas hicieran acto de presencia.
Y con esto, cierro un año lector y abro otro, del que iré hablandoos cada mes.
¿Qué tal vuestras lecturas de 2015? Habladme de ellas en los comentarios.
¡Nos leemos!
8 Comments
¡Eres un monstruo literario! Estás enferma de literatura, mujer. Enferma.
(y sí, que conste – por si aún no pichas que es broma – que lo digo con admiración y sorpresa).
Me has hecho babear aun más con el de Kevin. ¡Ese Kevin! Ya. Lo anotaré en mi lista de los de este año. Los “sí o sí”. Y yo te recomiendo mi “sí o sí” de este año, que disfruté mucho. “Ángeles, putas, santos y mártires” de Eduardo Antonio Parra. Literatura “norteña” (del norte de México) en su más lírica y cuidada expresión.
Un saludo y abrazo incluido.
Soy de las que necesita su dosis diaria de literatura y, claro, poco a poco, se hacen esos números.
Gracias por la recomendación. Estoy segura que el pequeño Kevin no te dejará indiferente.
Que tengas buenas lecturas en 2016.
Saludos y abrazos, compañero insecto.
Me salen 58 páginas diarias… Eso es ser constante. ¡Enhorabuena! Y… ¡felices lecturas en este 2016!
Gracias por el calculo. A veces no son ni diez y otras son cien, depende del libro. Pero sí, cada día un poquito es el truco. ¡Felices lecturas para ti también!
Menuda crack estás hecha. 😉
Ni de lejos me acerco a tus registros. Tengo pendiente escribir sobre mi balance lector de 2015, al que podría bautizar como “mi año Delibes”. ‘El hereje’ y ‘Los santos inocentes’ han sido las joyas que he descubierto en 2015, y no puedo dejar de recomendar ‘Colgados del suelo’, de Ramón Betancor, y ‘Océano África’, de Xavier Aldekoa.
¡Un abrazo!
Si tu año se puede bautizar como “año Delibes”, es que ha sido bueno. Como te dije, tengo pendiente “El hereje”. “Los santos inocentes” es de los libros que más me han impactado de Delibes. Leí tu opinión de “Océano África” y me pareció muy atrayente, así que lo apunto.
Un abrazo.
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