Como enamorada del realismo mágico, siempre voy en busca de escritoras de este género, para deleite personal y para presentártelas en las entrevistas de #UnAñoDeAutoras. Mi último descubrimiento ha sido Sonia Oval, que ha publicado su novela Semillas de amapolas con Caligrama. Si aún no la conoces, desearás hacerlo en cuanto leas esta entrevista.
Entrevista a Sonia Oval
Sonia, bienvenida a Relatos Magar. Cuéntanos a qué te dedicas y desde cuándo escribes.
Actualmente trabajo como administrativa en una empresa de trabajos verticales. Escribo desde la adolescencia, siempre tenía historias en mi cabeza que me gustaba después tatuarlas en un papel. Comencé con los relatos cortos, a los veinticinco años decidí mejorar mi pasión y me matriculé en la escuela literaria Entre Líneas, impartida por el escritor Jorge Eduardo Benavides (que también me ha asesorado en Semillas de amapolas). Allí comprendí que escribir requiere de mucha técnica y constancia para mantener atrapado al lector. Aunque para escribir cuentos se necesita un proceso diferente a la novela, fue mi primer entrenamiento en el mundo literario. Hasta que llegó a mi cabeza una historia demasiado larga para encorsetarla en un cuento, y escribí mi primera novela, Entre bambalinas.
Visibilidad de autoras
¿Has sufrido el síndrome del impostor? Si es así, ¿cómo lo superaste?
No he tenido tanto éxito para correr peligro de sufrir este síndrome.
¿Crees que las escritoras sufrimos el síndrome del impostor más que nuestros compañeros de oficio? ¿Por qué?
Nunca me he planteado esa posibilidad, pero ahora que lo preguntas, quizá la mujer aún lleve grabado en el subconsciente ese programa en donde biológicamente su posición sea cuidar de la familia, y tal vez, cuando una mujer destaca por haber tenido éxito, puede sentir más culpa y menos merecimiento que un hombre.
En la época estudiantil, apenas se mencionan nombres y obras de escritoras y, según datos estadísticos, el 67 % de los autopublicados son mujeres, mientras que el 68 % de las publicaciones de las editoriales tradicionales están escritas por hombres. ¿Has percibido alguna vez esa desigualdad literaria? ¿Qué cambios opinas que serían necesarios para alcanzar una igualdad real?
En mi caso he percibido la misma dificultad que cualquier escritor que intente encontrar un huequito en el mundo literario, no me he sentido excluida por ser mujer; cuando se ha rechazado mi obra, solo he pensado que no encajaba en el marco de esa editorial o que no era lo suficientemente buena.
Creo que los cambios se están haciendo desde hace muchos años, pero va lento y con el tiempo llegaremos a ver un equilibrio. No estoy de acuerdo, sin embargo, en forzar este tipo de cambios de una manera rápida y visual, como es el lenguaje inclusivo, que se empeña en deformar el idioma e introducir géneros femeninos en palabras que nunca lo deberían tener, como ha sido el caso de presidente. Ahora la RAE ha admitido «presidenta», espero que esto no vaya a más, no es esta la forma de mostrar que las mujeres somos igual de competentes (estoy segura de que la RAE se ha posicionado y jamás admitirá «competentas»). Por la igualdad se ha de luchar desde la raíz, no adulterando el lenguaje.
Realismo mágico
En tus obras sueles mezclar elementos realistas y fantásticos. ¿Qué crees que aporta la fantasía a estas historias?
Echando mano de este ingrediente creo conseguir una mirada distinta a una historia cotidiana. Mis novelas no son fantásticas, son duras, reales y revulsivas, pero con una magia que lleva al lector a creer que todo es posible y a tener esperanza.
El realismo mágico es un género bastante desconocido en el panorama literario actual, ¿a qué crees que se debe?
La verdad es que no creo que sea un género tan desconocido, quizá no todos los lectores identifiquen su nombre «realismo mágico», pero sí que conocen el género porque habrán leído obras donde aparece realismo mágico en autores como Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Laura Esquivel, Julio Cortázar, Isabel Allende, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, y otros de los que seguro me olvido.
¿Qué libros de realismo mágico recomiendas para enamorarse de este género?
Yo me enamoré del realismo mágico con Cien años de soledad, aparte porque me cautiva el estilo de Gabriel García Márquez, pero recomiendo también El siglo de las luces, de Alejo Carpentier, La casa de los espíritus, de Isabel Allende, y Como agua para chocolate, de Laura Esquivel.
¿Por qué escribes realismo mágico?
Me gusta mezclar lo real con lo insólito y que el lector se lo crea. Enredar cualquier escena con un estallido imprevisto, precipitar al lector al mundo de las sombras y elevarlo después hacia las estrellas.
Escritura
¿Cómo te surgió la idea de Semillas de amapolas?
La idea surgió al conocer la historia de mis antepasados y comprender que arrastramos inevitablemente patrones de conducta heredados de todos ellos.
¿A qué le das más importancia: a lo que cuentas o a cómo lo cuentas?
En literatura hay que darle importancia al cómo se cuenta, si no fuera así, no estaríamos hablando de literatura. La magia del lenguaje es poder crear belleza de la cosa más tonta.
¿Sueles hacer escaleta antes de ponerte a escribir o te dejas llevar?
Los esquemas y yo somos como el aceite y el agua. Primero tengo una historia en la mente y voy viendo las escenas como si fuera una película, después las paso al papel, y cuando estoy en ello empieza lo bueno: el asalto de los personajes que deciden hacia dónde ir y que me van cambiando la historia sin poder hacer nada más que seguirlos.
¿Tienes alguna rutina para escribir?
Como escritora soy exageradamente disciplinada, hasta el punto de la obsesión. Empiezo documentándome sobre la época y los detalles de la historia que voy a contar, porque además sé que durante ese proceso van a emerger muchas ideas nuevas. Dedico entre cinco y siete horas diarias, suele ser por la tarde y por la noche. Escribo en la mesa del comedor de mi casa, que se ha convertido en mi escritorio, y muchas tardes lo hago desde la biblioteca.
¿Cómo afrontas el proceso de corrección y cuánto tiempo le dedicas?
Este proceso es el más largo. Cuando ya tienes montada la historia es como si tuvieras una casa construida con ladrillos. El proceso de corrección es encalar, poner las ventanas, pintar, colgar las cortinas, elegir los muebles, las alfombras, la vajilla, etc. Ahí es donde cambio, pongo, quito, vuelco o rompo y empiezo otra vez.
¿Tienes lectores cero?
Sí, mis amigos y mi familia. Les gusta leer, son generosos con su tiempo y tienen mucha paciencia.
¿Qué has aprendido de tu incursión literaria?
En esta última, como la he estado trabajando mucho para lograr la mejor calidad literaria posible, he aprendido que me queda mucho recorrido aún, muchos autores por leer, mucho que aprender y mucho que trabajar. También me ha sorprendido la gran acogida que ha tenido Semillas de amapolas, he visto que hay mucha gente lectora, más de la que pensaba.
¿Tienes previsto publicar otras obras próximamente?
Por supuesto, ya está en marcha la siguiente.
Dicen que todos los autores tienen temas recurrentes, ¿cuáles son los tuyos?
El amor, los espíritus, la sombra y el alma.
¿Qué metas te gustaría alcanzar en tu carrera literaria?
Empezando por la más cercana: me gustaría poder vivir exclusivamente de la literatura.
Un toque personal
Autora o autor preferido.
Gabriel García Márquez, Cristina López Barrios, Juan José Millás, Ángeles Mastretta, Haruki Murakami, Joël Dicker, Paul Auster, Stephen King.
¿Qué estás leyendo justo ahora?
Universos paralelos, de Michio Kaku.
Tus tres libros favoritos.
Cien años de soledad, La casa de los amores imposibles, El perfume.
Defínete como escritora en tres palabras.
Obsesiva, observadora, intuitiva.
Defínete como persona en tres palabras.
Alegre, leal, sarcástica
¿Qué es para ti la literatura?
Belleza y pasión.
Muchas gracias por concederme esta entrevista, Sonia Oval. Ha sido un placer conocerte un poco más. Veo que tenemos muchos gustos y obsesiones literarias en común.
Si te has quedado con ganas de saber más de Sonia Oval, síguela en Facebook e Instagram.
¿Te han entrado ganas de leer Semillas de amapolas?
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Adéntrate en esta saga familiar de realismo mágico en la que cinco mujeres buscan su lugar en el mundo.
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